Amaral se reencuentra con su público en la Cartuja de las Fuentes

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El dúo zaragozano ofreció un recital intachable en el recinto exterior del conjunto monumental de la Cartuja de las Fuentes de Sariñena ante 1.200 espectadores sentados. Rozalén toma hoy el testigo en el mismo escenario para poner el colofón a la segunda edición del SoNna Huesca, el festival de la Diputación Provincial de Huesca cuya clausura se vivirá mañana domingo en la ermita de Santa María de Chalamera con el recital de Vivere Memento en recuerdo de Ramón J. Sender.

Apenas diez minutos después de la hora fijada para el inicio del concierto aparecían sobre el escenario Eva Amaral y Juan Aguirre para interpretar en dúo acústico el primer tramo del recital que iniciarían con “Señales”, un tema de su último trabajo, Salto al Color, que da nombre a la gira. Después sonaría “El Universo”, de su álbum Pájaros en la cabeza, y “Cómo hablar” (Una pequeña parte del mundo), uno de sus temas más populares.

 

Parecía difícil que la organización del SoNna Huesca fuera capaz de acomodar a los 1.200 espectadores en los escasos 45 minutos que pasaron desde que se abrieron las puertas del recinto hasta que comenzó el concierto, pero se consiguió. Al final del espectáculo, Amaral, embargada por el esfuerzo organizativo, fue leyendo uno por uno los nombres de los responsables: Pelai, Ramiro, Luis, Begoña, Joaquín…

 

Tras el preludio en solitario, Eva Amaral fue presentando a los músicos de la banda que les acompañaba y uno a uno se fueron subiendo al escenario y engordando la propuesta escénica y musical de los zaragozanos. Amaral en acústico con banda era el formato que presentaban el dúo en el festival que organiza la Diputación Provincial de Huesca y que repasó su álbum Salto al Color (“Nuestro tiempo”, “Soledad”, “Ondas”…) intercalando canciones históricas como “Kamikaze”, “Revolución” o “Moriría por vos”.

 

El público, muy heterogéneo, era en parte monegrino y en parte procedente de los cuatro rincones de Aragón. Había muchos incondicionales que resistieron como pudieron las limitaciones impuestas por la pandemia. Los espectadores eran servidos por camareros y camareras sin levantarse de su silla, que el respetable solo podía abandonar para ir al baño. Hay que decir que el comportamiento de la inmensa mayoría de los espectadores fue realmente ejemplar. Entre los presentes, tres espectadoras asiduas del II SoNna Huesca, la vicepresidenta de la Diputación de Huesca, Elisa Sancho, la diputada de Cultura, Maribel de Pablo, y la concejal del Ayuntamiento de Sariñena, Lorena Canales.

 

Tras un breve descanso que no se acabó de entender del todo, Amaral afrontó un segundo bloque de cinco temas que el público resistió como pudo, sobre todo cuando sonó “Si ti no soy nada”, “Hacia lo salvaje”, “Peces de colores” y “Cuando suba la marea”. Tras el núcleo duro de su repertorio, Amaral comenzó a agradecer al público, a la diputación y a la organización, la oportunidad que les habían dado de reencontrarse con la música en directo en un escenario para el recuerdo.

 

El capítulo de bises fue breve. El público esperaba algunas de las canciones históricas del pop español que todavía no había escuchado, pero Amaral apostó por “Salir corriendo”, de su disco Estrella de mar, y “Ruido”, de su último trabajo Salto al Color.

 

 

Al final, poco antes de terminar, un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado abandonaba el recinto, no sin antes grabar unos minutos con su móvil. No sabemos si el agente se llamaba “Sebas”, pero el caso es que “se marchó” a ordenar, junto al equipo de Protección Civil de la Comarca de Monegros, la salida de los vehículos y la canción que él esperaba con devoción no había sonado. No siempre llueve a gusto de todos y menos en Monegros. Eso sí, por encima de todas las cosas estuvo Amaral, con un sonido perfecto y una propuesta que a medida que pasan los años, como con el vino, no hace sino mejorar.

 

Rozalén

Las puertas de la Cartuja de las Fuentes de Sariñena volvieron a abrirse el sábado para recibir a la que puede considerarse, con el permiso de Amaral, la estrella más rutilante de la treintena larga que han pasado por la segunda edición del SoNna Huesca a lo largo de estos casi dos meses de programación. El recital comienza a las 19.30 horas. Las puertas del recinto se abrirán a partir de las 18.30 horas.

 

Vivere Memento

El Festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca, finaliza el domingo, 19 de septiembre en la ermita de Santa María de Chalamera (Bajo Cinca), localidad natal del inmortal escritor aragonés Ramón J. Sender, de cuyo nacimiento se cumplen 120 años. Para conmemorar al autor de Crónica del Alba y Réquiem por un campesino español, la Diputación Provincial de Huesca ha programado un recital de clausura del SoNna Huesca a cargo de Vivere Memento, una formación castellano aragonesa que forman Luis Delgado, María José Hernández y Joaquín Pardinilla, tres músicos de larga trayectoria y numerosas complicidades musicales, que se reúnen de nuevo alrededor de un repertorio histórico para revisarlo y traerlo al presente de la mano de instrumentos medievales y electrónicos.

 

“La Puerta de la Memoria” es el título de su nuevo trabajo; un manojo de canciones que tienen como denominador común sus orígenes centenarios. Algunas pertenecen a la tradición aragonesa, otras están tomadas del repertorio sefardí, pero no ha sido su origen, sino la belleza de sus melodías y lo sugerente de sus textos lo que ha fascinado a los componentes de Vivere Memento para revisarlas. Será un concierto jalonado con comentarios e introducciones para cada tema, situando su origen y contexto. Vivere Memento nos acercará la música antigua “un tesoro escondido, pero vivo, que guarda en su interior los ecos de los lugares y la sensibilidad de los corazones que la crearon”.

 

El recinto del concierto se ubicará en los aledaños de la ermita de Santa María de Chalamera, ejemplo del románico en su transición al gótico y uno de los tesoros del Bajo Cinca. El edificio que vemos hoy lo levantaron los Templarios a finales del siglo XII, emplazado en el Camino de Santiago, en el ramal que partía de Catalunya y atravesaba Sigena en dirección a San Juan de la Peña. Santa María está situada en una pequeña elevación amesetada, suficientemente elevada para disfrutar de amplias vistas de Monegros y el Bajo Cinca.

 

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