Entrevistamos a Mariano Ciutad, presidente de la Asociación de la Longaniza de Graus
Una de las primeras cosas que se mencionan de Graus a alguien que no ha estado nunca es la longaniza. ¿Cómo se explica que este producto haya pasado a ser la marca de toda una ciudad?
Es muy sencillo. Las empresas de la asociación -Aventín, Melsa y Maella- nos pusimos de acuerdo en promocionar la longaniza por la tradición de elaboración que caracterizaba esta zona. En la calle vamos a ser competencia siempre, pero vimos claro aunar esfuerzos para promocionar un producto propio sin tener que renunciar a nuestros distintos estilos, ahí está la gracia. Entre los tres hemos intentado levantar el arraigo de la zona, y creo que lo hemos conseguido. Por lo menos para ponerle un apellido a Graus y para celebrar una Fiesta de la Longaniza que ahora se organiza con casi un año de antelación.
En una de esas fiestas llegasteis a preparar medio kilómetro de longaniza, batiendo el récord Guiness de la más larga jamás cocinada. ¿De quién fue la idea?
Todo empezó porque nos juntamos a raíz de unas jornadas medievales que organizaba el Ayuntamiento. Dijimos: ¿Oye y por qué no vamos y damos a conocer nuestro producto a más gente? Y así fue. Montamos unas barbacoas y nos pusimos a repartir.
En ese afán de promoción, al año siguiente nos propusimos batir el récord de elaboración de la longaniza más larga del mundo. Instalamos una máquina de embutir en la calle Barranco y la cruzamos de punta a punta. Bueno, pues aquello llamó la atención, y entonces desde un medio de comunicación nos sugirieron asarla también.
A partir de ahí en cada edición jugábamos con la prudencia y las ganas de poner 100 kilos más, porque íbamos con miedo de que al ampliar la parrilla se doblase o pasase algo. Pero ya llegó un momento que fue como “venga saca la grúa”. Ahora estamos poniendo más de mil kilos y hacemos todo un espectáculo de coordinación, porque no es fácil.
¿Hasta dónde se ha llegado a ir la figura del “tastador” como embajador de la longaniza?
La figura del tastador era antiguamente la persona que se encargaba de ajustar y corregir la mezcla del mondongo y dejarla lista para embutir. Nosotros hemos querido mantenerla como algo simbólico, y podemos decir que la longaniza ha viajado por todo el mundo junto con Luz Gabás, Idelfonso García y Carlos Barrabés entre otros.
¿Sois muy internacionales?
En mayor o menor medida todos vendemos algo fuera. Salimos de la comarca a Francia, Holanda o Italia, pero no a grandes volúmenes porque al final somos empresas pequeñas. Vamos haciendo nuestros pinitos, y la gente que nos conoce nos va pidiendo. ¿A todos nos gustaría más? Por supuesto que sí. Pero de momento estamos satisfechos.