Una vieja Olivetti se toma un respiro. El teclado ha trabajado a un ritmo frenético. La conexión de la escritora con sus personajes ha sido intensa. Todos se han sometido durante meses a un tiempo convulso en el que se han ido tejiendo relaciones, pasiones, delitos, venganza… Camino Díaz Bello estrena novela, “Manual de una mantis religiosa”,  una historia con la que la escritora de Monflorite no nos dejará impasibles.

—¿Qué nos vamos a encontrar en “Manual de una mantis religiosa”? Sin hacer espoilers…

Pues así, en resumen, te diré que es una novela de género negro en la que nos encontramos dos puntos de vista. Por un lado, conocemos a Carmela, una mujer que fue víctima de un delito y que ahora le mueve la sed de venganza, y a dos policías de la brigada provincial de Madrid de homicidios, Olivia y Oliveros, que deben investigar unos crímenes. 

—¿Carmela es la asesina? Porque una mantis… ya sabes

Si te lo dijera, te tendría que matar, [risas]. Tal vez sí, tal vez no… sí te diré que sabremos qué le mueve a Carmela en la vida. 

—¿Quiénes son Olivia y Oliveros? Parecen una pareja bien avenida, al menos en los nombres…

Sí, se parecen pero son muy diferentes. Olivia es una mujer joven, que proviene de una familia desestructurada, pero que consiguió, a pesar de ello, ser lo que quería. Y Oliveros, de nombre Manuel, es un policía de 54 años con mucha experiencia en el cuerpo, pero un desastre a nivel personal y con un peculiar sentido del humor. Son muy complementarios, porque entre los dos y el resto de su grupo darán caza al asesino o asesina que les hace pasarse horas en el trabajo…

—¿Es distinto enfocar el trabajo de Policía cuando eres hombre o cuando eres mujer? 

Yo creo que, como en cualquier ámbito de la vida, nos han educado para que el sexo sea decisivo a la hora de enfrentarnos a cualquier cosa, pero eso no quiere decir que sea lo correcto…

—¿Y en cuanto a ser mujer y escribir sobre mujeres?

Tal vez sea más fácil, porque el cuerpo es el mismo en definitiva, los problemas a los que te enfrentas se parecerán seguramente. Pongo un ejemplo, como mujer, en ocasiones he estado en alguna situación un tanto desagradable sin llegar a ser delictiva o de inferioridad. Si pregunto a mis amigas también tienen escenas para contar… las mujeres, por el hecho de serlo, tenemos experiencias parecidas, por lo tanto es más fácil ponerse en el papel… 

—¿Crees entonces que todavía hay mucho que hacer en cuanto al feminismo…?

Sí, lo creo. Y pienso que la gente joven debería leer más a todas esas mujeres (y hombres, que también los hubo) que lucharon por la igualdad, porque si conoces la historia, podrás cambiar las cosas. Pero a veces la gente joven se queda en un símbolo o en la superficie y con ello creen que saben de las cosas… eso también nos pasa a los demás… son tiempos de superficie.

—¿Madrid es una ciudad novelesca? De pronto, has cambiado el escenario de tus novelas…

Estuve en Madrid en mis primeros dos años de policía y me gustó mucho la ciudad, pero tiene muchas caras, una buena, una mala… es una ciudad perfecta para que pasen muchas cosas. 

—¿Habrá más historias de esos dos personajes?

Sí, de hecho esta es la primera novela de una saga. No quiero cansar… por eso tal vez muera alguno en la cuarta o quinta novela…[risas]…es broma, igual somos más amables y dejamos  que Manuel Oliveros se jubile. 

Manual de una mantis religiosa. 

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