Claves a los bibliotecarios para recomendar la literatura infantil y juvenil

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Leer cuando ya se sabe leer. Así se presentaba este año el curso de formación en el que han participado hasta hoy una treintena de bibliotecarios de diferentes localidades que a lo largo de tres jornadas han conocido algunas claves para la selección de literatura infantil y juvenil. Lo han hecho de la mano del escritor y crítico Samuel Alonso y de la ilustradora Elisa Arguilé.

La Diputación Provincial de Huesca organiza desde los años 90 estas jornadas destinadas a bibliotecarios municipales, de manera que puedan ir actualizando sus conocimientos y adaptándose a los nuevos retos. Cada año se realiza una actividad formativa en una localidad altoaragonesa, contando en este caso con la colaboración del Ayuntamiento de La Fueva y de la Comarca de Sobrarbe.

Lo que han pretendido estos días, tal como ha detallado Samuel Alonso, era dibujar el panorama de lo que es la literatura infantil y juvenil, “que estos años ha cambiado mucho”. Se refería Alonso a los últimos quince años, ya entonces participó en uno de estos cursos que organiza la DPH “y un dato muy significativo es que muchas de las bibliotecarias han transformado sus bibliotecas desde entonces, eso quiere decir que las de Huesca son bibliotecas vivas, se adaptan a sus usuarios y estos cursos sirven para que ellas puedan conocer los cambios que hay en la literatura y puedan continuar adaptándose”, ha explicado.

Elisa Arguilé ha sido quien ha impartido la última sesión de hoy, esta ilustradora aragonesa obtuvo el Premio Nacional de Ilustración en el año 2006 y ha profundizado con las bibliotecarias el concepto del libro ilustrado, desde los procesos de producción hasta la relación de las imágenes con las palabras. “Aunque parece algo muy obvio las ilustraciones también cuentan cosas e influyen mucho en la percepción de una lectura”, comentaba Arguilé, que añadía que ha percibido sobre todo la inquietud por parte de las bibliotecarias de conocer más cosas sobre este ámbito, algo en lo que ella les ha guiado.

Entre las claves que han tratado en las 20 horas de duración del curso, desde que arrancó el pasado lunes, se encuentra también el modelo del lector que ha cambiado mucho en los últimos años, “ahora es mucho más activo, también lee en pantalla, en imágenes…”, apuntaba Alonso, que ha continuado tratando el tema de la literatura y las redes sociales. “No creo que haya que enfrentar la literatura con las tecnologías, más bien son dos caminos paralelos”, comentaba, y citaba a Youtubers y Booktubers, prescriptores de libros a través de YouTube que son auténticos líderes de opinión. “Es interesante conocerlos desde las bibliotecas, las redes son un instrumento para dinamizar la biblioteca”.

El curso, que se ha realizado entre el lunes, martes y miércoles, sirve también como foro y encuentro de técnicos municipales de bibliotecas, que aprovechan estas jornadas para intercambiar impresiones, necesidades y dificultades a las que se puedan enfrentar. Han querido acompañar a estos profesionales, en su mayoría mujeres procedentes de diferentes localidades altoaragonesas y otros de la provincia de Zaragoza, el alcalde de La Fueva y diputado provincial, Ramón Laplana, el jefe de la sección de Cultura, José Miguel Pesqué, además de Valle Piedrafita y Amparo Leiva, que gestionan este ámbito en la Diputación Provincia, a quienes se ha unido Fernando Juárez, responsable de la biblioteca municipal de Muskiz, en Vizcaya, que participó como ponente en la última edición y cuyo portal en Internet es un referente en el ámbito bibliotecario por sus innovaciones en la utilización de herramientas de web social.

Esta es solo una de las formas con las que la DPH trata de dinamizar las bibliotecas municipales a las que ha destinado en los últimos cuatro años cerca de un millón de euros. Con estas cifras, los ayuntamientos están mejorando sus instalaciones con las ayudas del plan de inversiones en bibliotecas de la Diputación de Huesca en actuaciones que comprenden obras de reforma y ampliación, creación de zonas infantiles o aulas multimedia, y el equipamiento mobiliario y técnico.

Durante estos años más de la mitad del presupuesto destinado a los centros bibliotecarios por la Diputación ha ido dirigido a la dotación documental. Por ejemplo, la biblioteca de La Fueva, en la que se ha desarrollado esta actividad, cuenta con una colección de más de 4.000 volúmenes bibliográficos y más 800 documentos audiovisuales.

Este año la Diputación tiene consignados 226.000 euros para dotaciones documentales en cualquier tipo de soporte, así como para la realización de actividades de promoción de la lectura y otras actividades realizadas por la propia biblioteca.

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