El “Ball de Grist” emociona a los vecinos de Eriste

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El “Ball de Grist”, es uno de los símbolos más queridos y uno de los momentos culminantes de las fiestas patronales de Eriste, que se están celebrando estos días en honor a San Félix en esta localidad pirenaica. Tiene lugar siempre el día del patrón, el 2 de agosto, pero este año de forma excepcional se celebró el pasado domingo en medio de la general emoción de los numerosos presentes que volvieron a vibrar con la tonada tradicional que acompaña el baile, común a muchos festejos del Valle de Benasque, que andando el tiempo se popularizó en toda España por su utilización en el “Himno de Riego”.
«Lo cierto es que este año el día 2 de agosto cae fatal y no nos quedó más remedio que trasladar los actos más significativos al fin de semana anterior», comentan los organizadores del festejo. Así, pasada la medianoche del jueves se plantaba el tradicional árbol en la Plaza Mayor como símbolo de la fiesta. Antiguamente, el día anterior al comienzo de la fiesta los mozos del pueblo iban a la montaña y bajaban el árbol más alto y recto que encontraban, lo limpiaban de ramas dejando unas pocas en la punta y durante la noche lo colocaban en el centro de la plaza para que presidiera todos los días de los festejos. En la actualidad, por el entoldado que cubre esa misma plaza, sólo pueden colocar un pequeño abedul pero en otras épocas eran grandes pinos e, incluso, imponentes álamos los que presidían estos festejos.
Ante el árbol totémico se sigue celebrando el Ball de Grist –Eriste en el patués vernáculo- en cuyo transcurso se procede al nombramiento de los nuevos mayordomos de las fiestas venideras. Antes de que comience el baile, los mozos se colocan en la plaza en fila alrededor del árbol y cuando suena la música del “Ball” comienzan a bailar en círculo con los cuatro mayordomos encabezando la formación y tocados por unos enormes ramos artificiales de alambre y flores de tela que antiguamente se traían de Francia y se guardan en las casas. Es una celebración lúdica y ritualizada en la que participan sólo los varones danzando cada vez más aceleradamente en espirales que se van cerrando -conocidas como “marradetas”- hasta acabar alzando en hombros al primer mayordomo pero que luego se abre a todos los habitantes del pueblo. Después del “Ball” se toca y se baila “la jota”.
Los festejos se están desarrollando de una forma muy animada y son muchos los habitantes de las localidades vecinas y los visitantes veraniegos del Valle de Benasque que se han acercado hasta Eriste para compartir con sus habitantes estas jornadas festivas. Juegos y competiciones para gentes de todas las edades, unos populares bingos con más que interesantes premios y el imprescindible baile con destacadas orquestas se han sucedido el viernes, sábado y domingo. En esta última jornada, el auténtico Día Grande, se celebró también una concurrida Feria de San Félix durante toda la jornada.
La programación festiva se tomó ayer un día de descanso pero ha vuelto este martes con la jornada de clausura de los festejos que, entre otras propuestas, ha vivido la celebración a las 12 de la misa en honor al patrón San Félix y un posterior vermú popular seguido de una pascalles –un “pasabila”- por todos los rincones del pueblo. Los festejos culminarán con sendas sesiones de tarde y noche de baile amenizadas por la orquesta Passarela.

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