El Grado y Artasona dan un paso más en la recuperación de sus frutales tradicionales

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El Grado y Artasona se hayan inmersos en un intento de revitalizar el frutal tradicional. Por ello, un numeroso grupo de vecinos acudió al segundo encuentro dentro de este proyecto para recuperar y conservar variedades frutícolas de siempre.

Durante esta primera fase del proyecto se ha analizado las huertas en un trabajo coordinado por técnicos especializados y con el apoyo fundamental de voluntarios locales para identificar las variedades tradicionales. Como resultado del trabajo de campo se han registrado datos de 58 árboles, entre ellos, una multitud de manzaneras (verde doncella, roya, starking, etc.), pereras (de San Juan, blanquilla, de agosto, etc.), cereceras (entre ellas la cerecera de Artasona distinguida como árbol singular de la pedanía), melocotoneros, membrilleros, caquis, figoneros, higueras, ciruelos, etc. Dichos ejemplares –la mayoría de más de 30 años- (otros más jóvenes por haber sido multiplicados por algunos hortelanos del municipio para su conservación), estaban generalmente en buen estado si bien algunos necesitan un cuidado urgente si se quieren conservar.

Todos estos ejemplares han sido inventariados con datos sobre el conocimiento local de las variedades en cuestión,  partes aprovechables, características organolépticas cuando el fruto era lo bastante maduro, además de los datos fisiológicos y gráficos de los ejemplares. Por otra parte, se han aprovechado los momentos de entrevistas con los informantes para obtener un histórico de la producción y comercialización de la variedades tradicionales y las razones de su abandono. Entre ellas, se encontraban la multiplicación de las enfermedades y el coste de los plaguicidas, el éxodo rural, la pérdida de transmisión del conocimiento entre generaciones, el individualismo, la fluctuación del mercado agrícola, y la sustitución del capital tierra y por el capital financiero.

En busca de soluciones, se reflexionó también con los participantes sobre cómo recuperar las zonas de huertas de El Grado, sacando provecho de las enseñanzas del pasado y adaptarlas al presente, para asegurar el futuro.

La resistencia al cambio climático de las variedades tradicionales, sus características organolépticas, el aprovechamiento de los cultivos, la diversificación en la agricultura, a la par que la modernización de las fincas, las técnicas de cultivo y la inversión en maquinaria apropiada, tanto como la búsqueda de equilibrio entre rendimientos y salud ambiental y de los agricultores/as, y, no menos importante, el hecho de tener o despertar interés por la agricultura y estar dispuesto/a a trabajar de manera constante, con el apoyo de la administración pública, son algunas de las reflexiones que resaltaron las personas informantes durante las entrevistas para revitalizar la huerta.

 

De manera complementaria a estas reflexiones personales, se identificaron concretamente, a través de una tertulia de cierre del encuentro vecinal, terrenos y candidatos/as que pudieran estar dispuestos a plantar y cuidar algunos de los árboles frutales registrados como parte de la experimentación in situ que complementaría la experimentación ex situ que llevaría a cabo el CITA (Centro de investigación tecnológica de Aragón).

El objetivo final del proyecto es conservar la biodiversidad agrícola y de fomentar un complemento económico para las familias de El Grado y quién sabe si una forma de vida de posibles nuevos pobladores.

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