El obispo de Jaca y Huesca, Julián Ruiz, presidía esta noche una de las procesiones con más sentimiento de la Pasión jacetana, la del Santo Encuentro entre Jesús y María, protagonizada por las cofradía de Jesús Nazareno y la Hermandad de la Soledad de Nuestra Señora, y que alcanza su punto álgido en la Plaza de la Catedral.
Recogimiento, devoción y sentimiento son las palabras que definen este desfile, uno de los más esperados y que más expectación despierta entre los jaqueses y los visitantes que estos días recibe la ciudad. Es una procesión singular, ya que parte de dos lugares diferentes: Jesús Nazareno sale, arropado por sus fieles, de la Iglesia de Santiago, mientras que la Soledad parte en su recorrido del monasterio de las Benedictinas. Ambos pasos, sus cofrades y sus bandas confluyen en la Plaza de la Catedral, dando lugar al momento más importante de la procesión.
Tras los oficios religiosos a cargo del obispo en la puerta de la Catedral, el grupo de jota Uruel ha rendido honores a las imágenes, otra de las peculiaridades del acto. La imagen de Jesús Nazareno permanecerá en exposición en la iglesia de Santiago hasta el Viernes Santo.