Una muy agradable jornada animaba este domingo a acercarse hasta Graus a centenares de ribagorzanos para vivir intensamente la celebración de la tradicional feria de Santa Lucía que este año estuvo muy concurrida.
Desde primeras horas de la mañana, un centenar largo de puestos feriales ofrecían su tradicional mercancía de ropa, calzado, menaje del hogar, aperos, maquinarias diversas, objetos de artesanía, juguetes, flores y plantas y –en esta edición con más abundancia que en ocasiones anteriores- comestibles y volvieron a convertir a la feria grausina en un punto de encuentro de gentes de toda la comarca en un día de reencuentros, abrazos y conversaciones distendidas.
La fidelidad de los ribagorzanos a esta feria de Santa Lucía tiene algunas explicaciones más allá del tema de la preservación de una tradición secular: el certamen anuncia la inminencia de las fiestas navideñas y, ya entrando en la segunda década del siglo XXI, mantiene vivas las características que animaron su creación en el siglo XVII. La feria de Santa Lucía sigue siendo todavía hoy cita obligada para los habitantes de la comarca ribagorzana que ven en este certamen un jornada ideal para que puedan juntarse los parientes y amigos y compartir todos juntos unas horas con el gozo del reencuentro antes de que las condiciones climáticas hagan más dificultoso el trayecto por las carreteras de la zona mientras se realizan esas compras de última hora bien en los puestos que jalonan las calles de Graus, bien en las numerosas y bien surtidas tiendas grausinas.