Jaca cuenta ya con seis zonas especiales para la suelta controlada de perros

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Zona de suelta controlada situada al principio del Paseo de la Cantera.

Once sanecanes y seis zonas de suelta componen las infraestructuras destinadas a la higiene y el esparcimiento de los perros en los espacios públicos de Jaca. Repartidos por el centro urbano de la ciudad, se disponen seis recintos de suelta controlada de perros que se distribuyen en lugares cercanos a parques o paseos a los que acuden habitualmente los perros que viven en Jaca, cubriendo las necesidades de los habitantes de todos los barrios de la ciudad.

Los sanecanes son contenedores, con forma de papelera, que están preparados para realizar el tratamiento apropiado a los excrementos y basuras de perros que se depositan en ellos. Con estos medios, pueden cumplirse las condiciones de higiene y las medidas sanitarias que requiere la limpieza de la ciudad  y la apropiada protección de los lugares públicos utilizados por los ciudadanos.

En las calles de Jaca, hay dispuestos seis lugares destinados a la suelta controlada de perros cuyo uso se recomienda para la buena armonía ciudadana, así como para poder cumplir las necesidades de los animales durante su vida en la ciudad y el mantenimiento de las normas de convivencia urbana, de manera que se protejan y se respeten las instalaciones públicas como parques y jardines, favoreciendo su conservación y previniendo, además, las molestias a las personas que están disfrutando de estas áreas de esparcimiento y ocio al aire libre. Las denominadas zonas de suelta controlada se sitúan en las inmediaciones del paseo de la Cantera, en la Tejería, cerca del río Gas, en el parque de Membrilleras y en el Llano de la Victoria.

Los principales objetivos de estas zonas especiales radican en evitar que los perros accedan sin control a los parques y jardines públicos, impidiendo la presencia de los animales en las áreas de juego infantil ya que la población infantil es la más vulnerable al contagio de enfermedades.

La limpieza de los espacios públicos exige toda la colaboración de los propietarios de los perros, recogiendo siempre los excrementos que, aparte del riesgo sanitario que comportan, su abandono en lugares públicos deteriora gravemente la imagen de nuestro entorno y de nuestra ciudad, además de poder provocar accidentes. Por eso las normas establecidas de salud pública y convivencia ciudadana obligan a recoger las heces de los perros y a llevarlos atados para prevenir accidentes.

Asimismo, el perro debe estar inscrito en el censo municipal de animales de compañía, cuya chapa identificativa ayudará a encontrarlo si el perro se extravía.

 

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