Monzón y Muret reeditaron el pasado fin de semana el Hermanamiento en la localidad bañada por el Garona. La delegación montisonense compuesta por 70 personas estuvo encabezada por el alcalde, Álvaro Burrell, el concejal de Hermanamiento, Adelardo Sanchis, y el de Ferias, Vicente Guerrero. En el marco de la conmemoración del 50 aniversario del jumelage (en 2015 en Monzón, en 2016 en Muret), también viajaron algunos de los anteriores alcaldes y concejales de hermanamiento: Ernesto Baringo, Nicolás Fortuño, Rosa María Lanau, María Teresa Villagrasa y Elisa Sanjuan.
La delegación de Monzón recibió una copia del registro de las actas del Consejo Municipal de 1 de febrero de 1963, fecha en la que se aprobó el Hermanamiento entre Monzón y Muret, y una llave de forja en hierro (símbolo de la llave de la ciudad de Muret). Los franceses recibieron un mural en cerámica de barro cocido, obra de los montisonenses José Luis Sarrado y Teo Piqueras, que representa a las dos ciudades.
El sábado se celebró el desfile por el centro de la ciudad, desde la plaza Maïmat hasta la sala Alizè, en el que participaron los grupos de Monzón: Ixordadors, Trotamundos y batucada Sambala. En la Sala Alizè actuaron: Show Much, Trotamundos, batucada Sambala, danses du Monde, Empreintes, coral Atout Choeur y la Harmonie Dalayrac (Banda municipal de Muret), y se celebró el acto institucional (discursos de los alcaldes y firma de los actuales y antiguos alcaldes y concejales en el libro de honor de la ciudad). Tras la cena, la velada musical la animó el Dj de Pub Domenico de Monzón (Pablo Guarné).
El alcalde, Álvaro Burrell, apuntó que «en mi opinión, no hay acto más apolítico que el del hermanamiento. Todas las siglas y partidos estamos de acuerdo en la importancia de estrechar los lazos de amistad entre pueblos y naciones, y creo que esta es la razón de la pervivencia del hermanamiento durante más de 50 años y con buena salud. Hace unos meses celebramos en el Auditorio San Francisco el acto institucional del 50 aniversario, y recuerdo la firma de la renovación de compromisos y también la de los acuerdos de colaboración de los centros educativos y las asociaciones de empresarios. Digo esto porque, sin olvidar en ningún momento los intercambios culturales y deportivos que han sido seña de identidad del hermanamiento, creo que debemos dar ese paso más de caminar juntos en iniciativas docentes y de negocios.El mundo globalizado es una realidad -todos lo sabemos bien- y las distancias son mucho menores que las de antes, no porque se hayan acortado las carreteras, sino porque las nuevas tecnologías y sus herramientas nos aproximan. Por ello, debemos aprovecharnos de esa amistad de 50 años y sacarle rendimiento. Los intercambios de escolares y los de jóvenes trabajadores que puedan realizar sus prácticas a uno y otro lado de la frontera marcan el camino».