23/ABRIL/2023 DOMINGO/TRADICIONES
La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos ha presentado la XIX edición del descenso de Nabatas por el Gállego y de las Chornadas por este mismo río. Se trata del año con más dificultades técnicas debido a la situación de sequía.
Fran Fraguas, miembro de la Asociación de nabateros d’a Galliguera, ha explicado que en esta ocasión la Confederación Hidrográfica del Ebro no podrá soltar agua, lo que hará que deban adaptarse para descender con 15 metros cúbicos de agua por segundo en vez de los 30 o 40 a los que están acostumbrados. Por ello, dice, «va a ser el descenso más técnico y necesitará de toda la pericia de los nabateros» aunque confía en que se pueda llevar a cabo.
Fraguas ha destacado el recorrido de casi dos décadas de una asociación cuyo cometido es poner en valor la zona y el río Gállego, que sigue siendo su motor económico. Para ello, «unen pasado y presente lanzándose al futuro» mediante la recuperación de una tradición «del todo respetuosa con el medio ambiente». También ha recordado que sin este oficio, dedicado a transportar la madera río abajo, en la actualidad no contaríamos con ciudades tan majestuosas como Huesca, Zaragoza, Toledo o Aranjuez.
Las XIX Chornadas del río Gállego, organizadas por la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos, van a tener un ambiente de gran celebración. Por un lado, por la reciente declaración de las nabatas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. Por otro, porque tras 30 años de lucha contra la construcción del pantano de Biscarrués, los vecinos de la zona pueden respirar tranquilos. «Este año, por fin, le podemos dar ese matiz de fiesta y celebración de la vida. A partir de ahora vamos a poder seguir viviendo y trabajando en el territorio sin la amenaza del pantano», ha declarado la portavoz de la Coordinadora, Lola Giménez.
En la misma dirección ha apuntado Juan Antonio Cuchí, Presidente de la asociación Amigos de la Galliguera: «es una fiesta para endulzarnos tras los malos tiempos y mirar hacia el futuro». Además, explica que «ahora tiene una proyección mucho más positiva hacia el futuro que una mera oposición a una obra inútil» y que «con toda esa fuerza hay que llegar a un mejor desarrollo sostenible del territorio».