El pasado domingo en tierras de José Solanilla, compañero de correrías de nuestro “Cucaracha”, y bajo la protección de la Gran Dama de Aragón, vestida de gala para la ocasión, vivimos una noche cargada de encanto y magia…
Porque sí, mágico y pleno de historia y leyenda fue el espacio bajo el árbol más coqueto del continente europeo convertido en Teatro de los Sueños… Mágica la noche que nos envolvió en el silencio solo roto por las cigarras que no quisieron faltar al acontecimiento… Mágica la luna llena tocada en rojo que iluminó la escena… Mágico el público que abarrotó el paraje y que durante hora y media contuvo la respiración para no perderse ni un segundo de lo que allí estaba ocurriendo… Mágicas la flauta de una Paola angelical y la guitarra de un soberbio José que sonaron como nunca en medio del silencio sobrecogedor que lo inundaba todo… Mágico un imperial Nistal que campó a sus anchas por esas tierras “robando” los corazones lecinenses… Mágicas las palabras de aliento de esos amigos que nos acompañaron durante toda la jornada y mágico el pueblo de Lecina que presume, disfruta y protege su Carrasca Milenaria, testigo mudo durante siglos del acontecer diario en ese pequeño rincón del Sobrarbe.
“Cucaracha, sangre, amor y muerte en los Monegros”, último estreno del Teatro de Robres… Treinta y tres años después, el sueño continúa.
Luis M. Casáus
Director Teatro de Robres