En su último pleno, celebrado hace escasos días, la Comarca de La Ribagorza aprobaba una moción institucional en la que se recordaba la que se definía como «preocupante» afección al medio natural ocasionada por la intensa nevada caída el pasado 25 de marzo sobre una amplia zona de la Baja Ribagorza y de la Ribagorza Oriental.
La cantidad de nieve acumulada en muy pocas horas y su considerable peso dado que se trataba de una nieve muy grasa, muy húmeda, ocasionó el derribo de gran cantidad de árboles y de ramas dejando –como denuncia la moción- una considerable cantidad de material combustible en los bosques «que pueden suponer una elevación del riesgo de incendios y proliferación de plagas». Por ello, se solicita al departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón que informe de la actual situación de los bosques y que ponga en marcha distintas iniciativas como la ampliación del periodo de permisos de tala y quema de restos vegetales, colaboración de los retenes con los municipios en la limpieza de caminos afectados y perímetros de seguridad «o cualquier medida que se considere oportuna».
También el alcalde de Graus, José Antonio Lagüens, hacía público este martes un bando municipal en el que recordaba a los vecinos que a consecuencias de la «extraordinaria» tormenta y de los daños sufridos en la masa forestal y arbolado se ha solicitado al Servicio Provincial de Medio Ambiente «colaboración para la limpieza, desbroce y retirada de árboles caídos en las pistas y caminos de titularidad pública». Y les comunica que en caso de que un particular quiera realizar estos trabajos en fincas de su propiedad podrá realizarlos «previa autorización mediante declaración responsable o comunicación previa, según proceda, en la Oficina Comarcal Agroambiental de Graus hasta el 31 de mayo de 2017».
Precisamente, y ante la enorme devastación en la masa forestal detectada ya desde pocas horas después de la nevada, el Gobierno de Aragón anunciaba la prórroga en la zona hasta el 30 de abril, únicamente para especímenes dañados por la nevada, de todos los “permisos de leñas” que estaban vigentes hasta el 31 de marzo y abría el plazo para tramitarlo a quienes no disponían del citado permiso.
La preocupación no es gratuita ya que los bosques y masas forestales de la zona afectada por la nevada presentan una situación difícilmente descriptible. «En algunos puntos, parece que estemos en un escenario bélico recientemente bombardeado por la gran cantidad de árboles desarraigados», comenta Alfredo Sancho, alcalde de Benabarre. Su municipio ha sufrido una enorme devastación tanto en espacios públicos tan queridos como el parque de San Medardo como en los bosques públicos y privados del término municipal. «En el parque o en el cementerio, también muy afectado por la nevada los trabajos de reposición están muy avanzados y hemos desarrollado también una ingente tarea de limpieza y arreglo de caminos, pero hay muchísima faena por hacer para retirar los millares de árboles afectados, muchos de ellos en zonas de difícil acceso», señala el edil.
En similares términos se expresa el alcalde grausino quien, así mismo, recuerda los «serios» daños ocasionados por la tormenta a la masa forestal «y a la red de caminos y pistas del municipio». La limpieza de estos caminos está siendo el objetivo prioritario para las brigadas municipales, vecinos afectados y personal de los retenes forestales pero, como apunta Lagüens, quedan otros muchos árboles caídos fuera de estos caminos «que dificultan la realización de las campañas de prevención de incendios forestales y pueden convertirse en combustible de posibles fuegos».
Alfredo Pociello, alcalde de Viacamp, otro de los municipios seriamente afectados por la nevada, confiesa que es «muy difícil» llegar a comprender el alcance de la devastación y advierte del peligro que tiene esta enorme masa forestal cada vez más seca de cara al próximo verano a poco que las temperaturas se disparen ya que, en su opinión, «puede actuar como una auténtica yesca». Un problema «y grande», confirma Mariano Pueyo, alcalde de Santaliestra, después de trabajar «denodadamente» en la limpieza de las pistas del entorno de Caballera o la Corona –dos de los núcleos de su municipio donde, confiesa, «estaban todos los accesos trabados por los árboles caídos»- y constatar que a pesar de estos trabajos «imprescindibles» fuera de pistas «hay zonas donde parece como si hubiera pasado un rulo tirándolo todo».
No son sólo los alcaldes quienes advierten del riesgo. Los socios del Club Montañeros de Aragón de Barbastro, de excursión por tierras ribagorzanas los pasados sábado y domingo, pudieron contemplar de primera mano los efectos de la nevada y advirtieron en las redes sociales a sus asociados y amigos de la peligrosa situación en que se pueden encontrar en los caminos y sendas de la comarca ilustrando su advertencia con unas más que elocuentes imágenes. Se sumaban así a los llamamientos a la prudencia que se vienen realizando desde hace varios días desde el Centro Excursionista Ribagorza, CER, cuyos integrantes han recorrido algunas de las zonas más afectadas y han testimoniado la enorme destrucción de la masa forestal tras una nevada totalmente atípica.
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