Con la plantación de un olivo en los parterres de la explanada, concluía este martes el Seminario Internacional de Ciencia y Religiones sobre el Medio Ambiente (ISSREC) celebrado en Torreciudad. Este acto simbólico pretendió significar de forma natural el compromiso de las diversas tradiciones religiosas y de la comunidad científica en la conservación del medio ambiente.
A lo largo de varias sesiones de trabajo desarrolladas junto al santuario, científicos y líderes religiosos de 15 países y de 8 confesiones religiosas (hinduismo, budismo, cristianismo ortodoxo, luterano y católico, islamismo chiíta, judaísmo y anglicanismo) debatieron sobre el papel que ciencia y religión pueden desempeñar en la conservación del medio ambiente. El punto de partida lo constituyó la encíclica del papa Francisco “Laudato si” y su audaz concepto de “conversión ecológica”.
El arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias, destacó que el cuidado del medio ambiente “es un punto de encuentro, no sólo para el diálogo interreligioso, sino para el trabajo común de las distintas religiones”. Peter H. Raven, científico experto en botánica de la Universidad de Washington señaló que “la ciencia nos explica la importancia del problema medioambiental, pero las visiones éticas de las tradiciones religiosas tienen la facultad de influir en nuestras opiniones para crear un mundo sostenible y en paz”.
Por su parte, el profesor Thomas Stocker, codirector del Grupo de Trabajo I del Grupo Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC), indicó que “los líderes religiosos deben conocer y hablar del cambio climático porque es fundamental para nuestra supervivencia”. La directora del Instituto Faraday para la Ciencia y la Religión, Hillary Marlow, destacó que “los científicos solos no son capaces de resolver el problema ambiental porque hay que afrontarlo desde una perspectiva de valores sobre los que las grandes religiones han hablado durante muchos siglos”.
Otros líderes religiosos participantes en el evento fueron el profesor Wael Farouq (presidente del Centro Cultural islámico Tawasul para el Diálogo Inter-civilizaciones), el rabino de Jerusalén Yonatan Neril (fundador y director del Centro Interreligioso para el Desarrollo Sostenible), la monja budista Tsunma Karma Chimey Lhatso, la hinduista Swamini Umananda, el archidiácono ortodoxo búlgaro Petar Gramatikov y el Procurador General de la Orden Cisterciense P. LLuc Torcal.
La elección de Torreciudad como lugar de celebración del seminario se debe a la belleza natural del enclave y al compromiso establecido por los responsables del santuario de alcanzar en el medio plazo la excelencia medioambiental siguiendo las sugerencias contenidas en la “Laudato si”. Ninguno de los participantes había estado anteriormente en el lugar y coincidieron en destacar la lograda armonía conseguida entre naturaleza y arquitectura y el trabajo de preservación del medio ambiente desarrollado desde la construcción del nuevo santuario.