Un monolito recuerda la lucha de las Canalistas de Lanaja

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Si en febrero del pasado año el grupo de la Asociación de Santa Agueda de esta población presentaba la historia de unas valientes mujeres que hacía 100 años emprendía una marcha a pie y en carros hacia la capital oscense para reivindicar el inicio de las obras de las infraestructuras dependientes de Riegos del Altoaragón, bajo esta iniciativa y después de haber recopilado numerosa información, tanto de periódicos de la época como  audiovisual, durante la tarde del sábado 11 de junio, lo que había prometido el colectivo de mujeres najinas se hizo realidad y se inauguraba un monolito metálico y una excelente exposición de esta hazaña.

Sobre las 20.30 horas, autoridades, la Asociación de Santa Agueda junto con otras 23 asociaciones y todos los vecinos del municipio aplaudían al descubrirse el monolito, “nuestro propósito era hacer un monumento  que representará a estas valientes mujeres y gracias a la participación del ayuntamiento y de todos los que han colaborado en su elaboración, hoy podemos admirar este monumento en el mejor sitio del Lanaja”, señalaba Pili Calvo en representación de la agrupación destacando el diseño realizado por José Luís Condón

DESCUBRIMIENTO (Fotografía: Marga Bretos)

Condón, emocionado como el resto de la población, explicaba cómo ha plasmado la idea que le propusieron sus vecinas, “primero me hice tres preguntas fundamentales, como plasmar el espíritu de las Canalistas en una estatua, como materializar el trabajo que hicieron y como representarlo para el futuro”, decía el autor que ha representado el pedestal de forma triangular donde surgen tres cuerpos etéreos, “impalpables, que simbolizan el espíritu aguerrido e incansable de estas mujeres, del mismo pedestal emergen altivas tres siluetas femeninas que encarnan a tres generaciones distintas y todas ellas miran hacia la niña, que es el futuro”. Además, llevan cubos para simbolizar la búsqueda del agua y una leyenda que dice ‘a las mujeres de Lanaja que con su trabajo han hecho historia’.

Asimismo, se preparó una urna para que quede constancia de la colaboración altruista de todo el pueblo, en la urna que luego sellaremos y se enterrará debajo del monumento, se han puesto elementos representativos del ayuntamiento, de cada asociación y de cada entidad que ha colaborado de una forma u otra, así como recortes de la prensa actual que se ha hecho eco de esta historia, “está todo plastificado y en condiciones para que si dentro de 100 años, lo quieren sacar, conozcan como recuperamos a nuestras Canalistas”, subrayaban desde la asociación.

A continuación y simbolizando aquel día de 1915 en que aquellas valientes mujeres llegaron a Huesca y tan solo recibieron un trozo de pan con sardinas por su marcha reivindicativa, se repartieron entre todos los vecinos un bocadillo de la misma índole pero acompañado de refrescos y dulces, para pasar a la exposición donde se pueden admirar trajes, fotos y documentación de la época, además de unas maravillosas fotografías, realizadas por Begoña Gutiérrez, donde se ve la evolución que desde entonces ha llevado el Canal de los Monegros y todo el territorio que lo rodea.

Un gran legado que dejaron aquellas sesenta mujeres y que en pleno siglo XXI, otras mujeres, la mayoría descendientes de ellas, han sabido gestionar para que nunca se pierda y perdure en las generaciones futuras.

EXPOSICIÓN (Fotografía: Marga Bretos)

Tras el descubrimiento del monolito, fue inaugurada una exposición con audiovisuales, fotografías y documentos relacionados con los hechos protagonizados por las denominadas ‘canalistas’, que, junto a otros grupos de mujeres de localidades como Almudévar, Torralba de Aragón o Berbegal, decidieron emprender una marcha a pie y en carro hasta la ciudad de Huesca. El objetivo de esta acción, que tuvo lugar el 25 de febrero de 1915, era solicitar la conclusión de las obras de regadío pendientes, que debían terminar con la falta de trabajo y oportunidades de las gentes del medio rural.

De acuerdo a los periódicos de la época, las mujeres llegaron durante la noche y tras alojarlas en posadas, sin esperarlo, el Gobernador Civil ordenó que fueran levantadas al amanecer y guiadas a las afueras de la ciudad, lo que impidió la manifestación prevista. De acuerdo a las mismas fuentes, las mujeres de Lanaja se resistieron durante varias horas y mantuvieron su protesta en las afueras de la capital oscense.

En 2015, coincidiendo con el aniversario de la marcha, la junta de Santa Águeda de Lanaja, junto a varios vecinos, entre ellos, Macario Andreu, ya realizó un gran número de actividades con el fin de homenajear su capacidad de lucha y evitar que su acción cayese en el olvido.

Después de su descubrimiento, tendrá lugar la apertura de una exposición con audiovisuales, fotografías y documentos relacionados con la acción desarrollada hace 100 años por este grupo de vecinas. Hartas de las demoras de las obras de regadío y por supuesto, del hambre y las penurias vinculadas a la falta de oportunidades, el 25 de febrero de 1915 una veintena de najinas partió caminando y en carro hacia la ciudad de Huesca, en la que se unieron a otros grupos llegados de Almudévar, Berbegal o Torralba de Aragón con el fin de pedir «pan y trabajo».

De acuerdo a los periódicos de la época, las mujeres llegaron durante la noche y tras alojarlas en posadas, sin esperarlo, el Gobernador Civil ordenó que fueran levantadas al amanecer y guiadas a las afueras de la ciudad, lo que impidió la manifestación prevista. De acuerdo a las mismas fuentes, las mujeres de Lanaja se resistieron durante varias horas y mantuvieron su protesta en las afueras de la capital oscense.

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