Un sábado memorable del Festival Extrarradios en Almudévar

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El público colmó cada acto del día, mostrando su entusiasmo por las diversas disciplinas, desde el humor y la magia hasta la danza y el teatro, en un ambiente muy cercano y participativo. Por la noche, en la Coliseum, la ecléctica programación ofreció conciertos de propuestas muy diferentes entre sí, desde el estilo intimista de Dorian Wood y la delicadeza de María Rodés, hasta la energía vibrante de Lapili y la versitalidad de DJ Marlen Aun así, el público supo apreciar la riqueza de cada actuación.

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La mañana comenzó con el humor y la magia del inigualable Pepín Banzo, quien conquistó al público de todas las edades. Sus trucos de magia y su famosa cancioncilla «Li li li» resonaron en la Plaza Cubierta de Almudévar. Con su dulzaina, tocó clásicos de la televisión infantil, despertando la nostalgia y complicidad del público.

La tarde en Almudévar ofreció una vibrante exploración de la danza contemporánea con el espectáculo Cuerpos Disidentes. Tres piezas únicas, cada una con su propio lenguaje y enfoque, invitaron al público a sumergirse en reflexiones sobre la diversidad, la libertad y la resistencia. Aquí el desierto ya no tiene ni principio ni fin de Laura López Muñoz, Tramallar de Carlos Campo Vecino y Le dijo la sartén al cazo de Pablo Pérez Alonso compusieron un programa que resonó profundamente entre los asistentes, quienes agradecieron el trabajo de los bailarines con una gran ovación en pie.

continuación, el Centro Cultural de Almudévar se llenó hasta el último asiento para recibir a Moha Gerehou y su monólogo Infiltrado en Vox. Con un humor afilado y una narrativa provocadora, Gerehou abordó los temas de racismo y el auge de posturas extremas en la sociedad, arrancando carcajadas y generando al mismo tiempo la reflexión entre los espectadores. La presentación de Teatro del Barrio fue un éxito rotundo.

Por la noche, la actividad se trasladó a la mítica discoteca Coliseum, que se reveló como un espacio magnífico para un festival como éste. La velada, a la que se dio el título de «Incorrección artística», porque todos los artistas participantes en la misma se saltan, de una u otra forma, los límites de la corrección cultural, dio comienzo con Dorian Wood, una artista trans norteamericana de ascendencia costarricense, poseedora de una de las voces más emocionantes y conmovedoras del panorama internacional. Si hace unos años realizó una gira de homenaje a la gran Chavela Vargas, que pasó por Huesca, en esta ocasión llegaba al festival Extrarradios para rendir tributo a la artista que dijo haberle influido más en su trayectoria, la irlandesa Sinéad O´Connor, fallecida el año pasado, y más concretamente a su álbum más conocido, «I do not want what I haven´t got», el disco que reconoció que le había salvado la vida cuando era adolescente.

Sola con su piano, interpretó ese disco desde el primer tema hasta el último, en el mismo orden original, comenzando por «Feel so different». Difícil destacar algún tema concreto, porque todos los interpretó con una impresionante carga de profundidad. Pero brilló especialmente en «Black boys on mopeds» (un prodigio de sensibilidad y serenidad), en el célebre «Nothing compares 2 U» compuesto por Prince -que fue coreado por el público-, en «The last day of our acquintance» con su intenso dramatismo y en el tema que da título y cierra el disco, que cantó a capella como si se tratara de una letanía. Curiosamente, Dorian Wood, que robó el corazón del público, exclamó al cantar en la Coliseum: «¡qué bonito espacio, qué repleto de historia vital!».

Salió después al escenario Maria Rodés, que celebraba el 10º aniversario de la edición de su disco «Maria canta copla», en el que esta cantante catalana rinde tributo a la copla, demostrando que es un género plenamente reivindicable y que, lejos de su injustificada apropiación por el franquismo, esconde unas letras brillantes y llenas de hondura. Acompañada por dos excelentes guitarristas (Guillermo Martorell en la eléctrica e Isabelle Laudenbach en la flamenca), y valiéndose de una de las voces femeninas más delicadas del panorama español, repasó ese disco que incluye coplas tan icónicas como «El día que nací yo», «Flor del mal», «Ay pena, penita, pena», «Agua que no has de beber», «Tatuaje», «Tengo miedo» o «Tres puñales», que sonó en una insólita versión flamenco noise. Llama la atención que frente a la racialidad y el desgarro de las versiones originales de estas canciones, Maria Rodés las canta con una sutileza que deslumbra. En medio, también cantó algunos temas propios, como «Luciérnaga en el suelo» o «Recordarte», y se despidió en el bis con esa deliciosa versión de «Me quedo contigo» de Los Chunguitos que hizo para la banda sonora de la película «Villaviciosa de al lado» de Nacho García Velilla.

Y tras la sutileza de Maria Rodés, desde Ciudad Real llegó el huracán Lapili. María del Pilar Robles, verdadero nombre de Lapili, ha visto crecer su popularidad últimamente gracias a su primer álbum, «Piligrossa», a sus impactantes vídeos y a las letras de sus temas, que la muestran como una mujer empoderada y feminista que lucha contra la gordofobia. Acompañada por dos bailarinas, que realizaron movimientos verdaderamente acrobáticos, Lapili mostró en escena su desparpajo, demostró que su talla no es inconveniente para perrear y hacer twerking a placer, y puso a bailar a todo el mundo con temas tan provocadores como «Culo C», «Warrindonga», «Toto al control», «La moda soy yo» o «Dirty Diabla», en la que su enorme voz (en modo rap y trap) brilla sobre ritmos de reguetón, funk brasileño o global bass. Con todo el público en el bolsillo, se despidió con «Piligrossa» (que aprovechó para lanzar flores a los espectadores) y con los brutales breakbeats de «Gorda», uno de los grandes himnos de su lucha contra la gordofobia. Y es que, como dice en una de sus canciones, «mejor que venga Lapili antes de que venga la poli».

La encargada de poner el broche de oro a esta noche de mujeres fue la dj altoaragonesa Marlén Ebony, una habitual del extinto festival Periferias, que sustituía al originalmente programado DJ Rizos, que causó baja por enfermedad. Con su conocida versatilidad, Marlén supo conducir el final de la fiesta a base de mezclar house, disco music y funk, siempre aportando un groove incesante y contagioso. Temas de CeCe Peniston, Earth Wind & Fire, Blondie o Diana Ross se intercalaron con insólitas remezclas de Salif Keita o Childish Gambino en un brillante ejercicio de eclecticismo hedonista, que colmó las ansias de bailar del público en esta primera noche de Extrarradios en la Coliseum.

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