Después de una muy intensa jornada con la participación de gran cantidad de medios humanos y mecánicos, el incendio forestal declarado este domingo en el municipio ribagorzano de Torre la Ribera quedaba este lunes delimitado en su perímetro, lo que permitía crear un triángulo de seguridad para evitar su propagación, aunque al caer la noche no se daba por definitivamente controlado. La falta de luz obligaba a paralizar el operativo aéreo sobre las cinco y media de la tarde y a reducir el trabajo de las cuadrillas terrestres, permaneciendo operativos durante toda la noche en la lucha contra las llamas uno de los retenes de los bomberos forestales, el personal de la UME y los trabajadores que manejan la maquinaria pesada que se está utilizando para controlar el fuego. Está previsto que a primera hora de la mañana del martes se reanuden los trabajos para intentar dar por apagado definitivamente este incendio.
La mejora de las condiciones meteorológicas durante este lunes en el entorno de la zona afectada por las llamas permitió la incorporación de todos los medios previstos para combatir el incendio. Así, durante todo el día han estado trabajando contra las llamas tres aviones anfibios de gran capacidad del Ministerio de Medio (Mapama) Ambiente, un helicóptero de la UME (Unidad Militar de Emergencia), otro de Castellón, dos aviones de carga en tierra y un GRAF (Grupo de Apoyo de Actuaciones Forestales) de Cataluña además de varios bulldozer y los correspondientes relevos para el personal desplazado por el Gobierno de Aragón y por la BRIF del Mapama con base en Daroca. El control del incendio se ha visto favorecido por el descenso de la velocidad del viento y el importante aumento de la humedad relativa sobre la zona.
Jesús Guitart, alcalde de Beranuy, un munipio con varios de sus núcleos afectados por la cercanía de las llamas, explica que durante toda la jornada existía el miedo de que el fuego atravesara el cortafuegos de Raluy, «lo que hubiera hecho incontrolable el incendio», por lo que durante toda la jornada se priorizó acabar con el incendio en esta zona concreta «creando una triángulo de seguridad para evitar que se extiendan las llamas». El incendio, que según las primeras estimaciones ha afectado a una superficie de unas 130 hectáreas, se encuentra alejado de las poblaciones habitadas más próximas como Visalibons que, si no cambian rotundamente las cosas, están fuera de peligro.
Guitart señala que la extrema sequía de los últimos meses no sólo ha propiciado el desarrollo de un incendio atípico por la época del año en que se ha producido sino que ha dificultado sensiblemente las tareas de su extinción ya que, por ejemplo, los hidroaviones participantes no pueden repostar en el agua, dado el bajísimo nivel de los embalses cercanos, y tienen que ser cargados en tierra «lo que reduce en gran medida su capacidad operativa y retrasa enormemente toda la operación».
No obstante lo atípico del incendio, el alcalde denuncia que el monte y los cortafuegos están más sucios de lo que deberían «ya que no se está realizando una tarea de limpieza preventiva durante todo el año» y que eso ha hecho más peligroso un incendio cuyas causas se están investigando. «No descartamos ninguna posibilidad, incluida alguna negligencia o intencionalidad, porque por la zona siniestrada no pasa ningún tendido eléctrico, no han caído rayos en los últimos días y se trata de un pinar que no tiene una pista de acceso directo», recuerda comentando que se han descartado causas naturales y agrarias, puesto que no hay actividad de este tipo en el área siniestrada.
El incendio se declaró este domingo sobre las 8,30 de la mañana en una ladera escarpada de difícil acceso situada a 1500 metros de altitud en un paraje cercano al pico del Turbón de densas masas forestales que se vieron amenazadas por la virulencia de las llamas propagadas por el fuerte viento reinante en esos momentos. Dada la dificultad de los accesos y la peligrosidad de la situación, desde el primer momento se montó un amplio operativo desplazándose hasta la zona el mismo domingo la cuadrilla helitransportada de Alcorisa, 3 hidroaviones del Mapama, una motobomba, un bulldozer, dos aviones de carga en tierra de la Generalitat de Cataluña dos equipos de bomberos de la comarca y la Unidad Militar de Emergencias con 8 autobombas, 2 nodrizas y numeroso personal, además de todos los medios humanos destinados por el Gobierno de Aragón.
La situación en que se encuentran los montes aragoneses, recordada por el alcalde de Torre la Ribera, ha motivado una nota pública firmada por los sindicatos CCOO, CGT, OSTA y SCS, que juntos suman la gran mayoría de la representación sindical en SARGA, en la que denuncian que el actual contexto de sequía hacía «muy previsible» el alto riesgo de incendios forestales pero que y aún así el Gobierno de Aragón ha desmantelado el operativo de
extinción de incendios forestales y no dispone de servicios de emergencia contratados que puedan actuar ante incendios forestales «al no cumplir con la ley de montes».