La sociedad actual vive de espaldas a la vida natural, por esto hay muchas personas que no utilizan los medios que la naturaleza ha puesto a su alcance para mejorar la calidad de sus vidas. Este es el caso de las presiones y rozamientos que puede realizar la espalda con una superficie dura.
Puede observarse como los animales y los niños se rascan con frecuencia la espalda con una pared, un muro o un árbol obteniendo así un remedio eficaz y casi instantáneo.
El modo más sencillo, rápido y eficaz de subsanar un dolor o una molestia en la espalda consiste en presionar ese punto suavemente con una pelota ubicada entre la espalda y la pared, puesto que de este modo pueden localizarse con mucha mayor precisión los puntos de la espalda en donde el dolor o la molestia se agudiza.
Tan solo hay que colocar la pelota en la zona de la espalda en la que se percibe dolor y empezar muy lentamente a desplazar la espalda en todas direcciones frotando con diferentes intensidades, procediendo siempre con mucho cuidado y prudencia.
Conviene no colocar la pelota sobre el punto exacto de máximo dolor, sino que se puede explorar poco a poco los alrededores del foco doloroso, de manera que las presiones efectuadas por la pelota sean siempre tolerables. Al presionar sobre un punto doloroso interesa hacerlo coincidir con la exhalación del aire, de manera que al inhalar la presión sea menor o no exista, alternando las presiones con los descansos.
Las pelotas pueden ser blandas, semiblandas o duras. Rugosas, lisas o con pinchos. Cada persona tiene que elegir y experimentar la que más le convenga. Hay que tener en cuenta que cuando sean de menor tamaño los efectos de la presión suelen ser más agudos e intensos, mientras que cuando son más grandes la presión se dispersa y se actúa con menor precisión sobre los puntos de dolor.
Es importante ir probando las que den mejor resultado, teniendo muy en cuenta que cada persona y cada situación son diferentes.
A medida que la persona realiza esta práctica, es preferible disponer de diferentes tipos y tamaños de pelotas. Interesa ir variando su utilización ya que el estado y evolución de la espalda cambia, de modo que con el tiempo se necesita efectuar más presión con una pelota más pequeña y más dura para obtener los mismos beneficios.
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