El Valle de Benasque apuesta por recuperar su fachada fluvial

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Si la Barcelona olímpica de 1992 articuló buena parte de su discurso de renovación urbanística en torno a la necesidad de recuperar su fachada marítima, salvando todas las distancias, en los últimos meses se están sucediendo en Ribagorza –y más concretamente en el valle del Ésera- diferentes proyectos que pretenden ganar para el disfrute ciudadano unas riberas fluviales que hasta la fecha han sido consideradas más como potenciales factores de riesgo que como activos paisajísticos, urbanísticos y medioambientales de primer orden.
Graus anda empeñado desde hace varios años en potenciar el entorno de los ríos Ésera e Isábena como escenario de actividades lúdicas, recreativas y deportivas con un programa de saneamiento y habilitación de estos espacios y de creación de infraestructuras –como zonas de reposo y paseo o de instalaciones deportivas relacionadas con el agua-, Campo se ha convertido en una de las capitales pirenaicas en la oferta de deportes hídricos, Santaliestra está desarrollando también varias iniciativas similares… El, por el momento, último proyecto ribagorzano de acercamiento de los pueblos a sus ríos llega desde el Valle de Benasque donde cinco municipios –los de Benasque, Sahún, Sesué, Villanova y Castejón de Sos- acaban de presentar, con el apoyo de los empresarios del territorio, un ambicioso proyecto de peatonalización y adecuación de las riberas del Ésera para el uso y disfrute de residentes y visitantes.
Diseñado por el despacho del arquitecto Sergio Plaza, este proyecto responde a la demanda recurrente existente desde hace muchos años en la zona de consolidar un eje peatonal o familiar que vertebre este territorio apoyándose en unos viales existentes –que se encuentran en la actualidad más o menos deteriorados en algunos tramos- que discurren paralelos al cauce del río Ésera para permitir unos desplazamientos cómodos, accesibles y seguros a los viandantes y a los ciclistas, tanto para paseos lúdicos como para una comunicación más ecológica entre las localidades sin tener que utilizar la carretera, y que pueda ser también utilizado para uso ganadero en los desplazamientos de los ganados por la zona. Sergio Plaza reconoce que es un tema que lleva «mucho tiempo en el candelero» y que al final se ha podido encauzar, darle forma, con el compromiso de los agentes sociales y empresariales del territorio. «La Asociación Turística –comenta- ha conseguido aglutinar a todos los ayuntamientos s implicados para desarrollar un proyecto bastante completo que esperamos poder sacar adelante cuando las circunstancias sanitarias y económicas lo permitan».
El proyecto es muy ambicioso y contempla actuaciones en un tramo junto al río de treinta y cinco kilómetros –los que van desde La Besurta, en los Llanos del Hospital hasta la localidad de El Run- y prevé unas inversiones de unos 600000 euros. «Puede parecer una cantidad considerable, y de hecho lo es, pero se pretende trabajar en un tramo muy amplio; no hay obras de envergadura, los movimientos de tierra y obra civil que se deben hacer son sencillos y nada invasivos pero hay muchos kilómetro y son necesarios muchos paneles informativos y muchos metros de vallado», explica el arquitecto recordando que en esta iniciativa están implicados cinco ayuntamientos «lo que hace más asumible la financiación para cada uno de ellos». Mención aparte merece la puesta en marcha de los trabajos, mediatizada por la situación pandémica que conlleva una falta de recursos por la paralización de la actividad económica dado que los ayuntamientos están debiendo destinar a paliar la situación de necesidad de muchos convecinos esos fondos que, en situaciones normales, se hubieran dedicado a sacar adelante esta iniciativa para la que ahora se está buscando financiación.
Plaza apunta que, «en el fondo», con este proyecto subyace una búsqueda, compartida por todos sus promotores, de un modelo ambientalmente más sostenible, consolidando una vía de comunicación destinada exclusivamente a la circulación a pie, en bicicleta y al uso ganadero, «exceptuando algunos tramos urbanos y zonas compartidas», agradable, accesible, seguro y apto para personas de cualquier edad y condición física.
El diseño final de esta vía verde se articula en torno a un camino principal o familiar que comienza en las proximidades del desvío desde Benasque hacia Cerler y finaliza en El Run, con una longitud de unos 20 kilómetros, que discurre por la margen Este, o izquierda, del río en casi todo su recorrido. Hacia él converge un tramo natural que corresponde a la parte alta del Valle, desde el Llano de la Besurta hasta el citado desvío de Cerler, en el que su fragilidad paisajística y el hecho de estar situado en gran parte dentro del Parque Natural Posets Maladeta desaconseja la realización de actuaciones más allá de la colocación de señales informativas.
También convergen hacia el camino principal unos desvíos en las poblaciones de Sahún y Villanova que se ubican en la otra margen del río para integrarlas en el proyecto y se han diseñado unas variantes culturales a modo de extensiones, apoyadas la mayoría en elementos de nuestro patrimonio como iglesias, ermitas u otros elementos representativos de la cultura y tradición del Valle. Como complemento a futuro, se ha proyectado un camino por la ladera Oeste, en la margen derecha del Ésera, que cerrará el bucle peatonalmente pero que en la actualidad presenta en algunos tramos un carácter muy precario y mantiene unos desniveles y pendientes mayores que los del trazado de enfrente.

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