El Valle de Benasque revive estos días el ritual traslado de ganados en busca de nuevos pastos

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No por repetido el espectáculo ha perdido un ápice de su ancestral magia. Los habitantes y visitantes del Valle de Benasque disfrutan estos días del trasiego de los ganados por los montes del entorno en busca de nuevos pastos siguiendo rutas y ritos cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Estos trasladados despiertan siempre un notable interés que compensa muy sobradamente los pequeños inconvenientes a la circulación rodada que ocasiona puntualmente este tradicional traslado del ganado que ha estado pastando en la segunda parte del verano en el entorno del Hospital de Benasque hacia el Ampriu y el que lo ha hecho en Ardonés hasta la zona del valle de Estós en busca de nuevos pastos siguiendo los ritmos seculares de la trashumancia.
Este año, este traslado de la cabaña ganadera está afectando a casi 2000 reses que iniciaban su desplazamiento este viernes –las algo más de 800 que han estado pastando hasta ahora en los Llanos- y que se completará entre el lunes y el martes con la partida de las más de mil cabezas que se encuentran en Ardonés. En su práctica totalidad proceden de granjas del Alto Ésera y han disfrutado estos meses veraniegos de los pastos frescos de la montaña que, en una decisión que ha despertado el unánime agradecimiento de los beneficiados, su propietario, el ayuntamiento de Benasque, ha cedido gratuitamente a los ganaderos a la vista de los duros momentos que está atravesando el sector. «Este año del pasto no nos podemos quejar, está siendo excelente; pero sí tenemos que hacerlo de los precios que estamos obteniendo, que han bajado en esta crisis de la Covid 19 entre un 30 y un 50 por ciento sobre los anteriores, en que ya teníamos unos márgenes ajustadísimos», confirma Juan Manuel Mora, uno de los históricos de la ganadería del Valle.
Y es que, como recuerda Mora, desde que empezó la crisis sanitaria y el consiguiente desplome de los mercados, los ganade4ros están trabajando a pérdidas «y esto no lleva camino de solución». Por eso valora especialmente el gesto del consistorio benasqués «que supone una ayuda impagable en estos momentos tan duros que estamos viviendo». También ayuda algo a paliar la sangría económica de la crianza del ganado los excelentes pastos de este verano de 2020, máxime teniendo en cuenta que el año pasado por estas fechas nos encontrábamos inmersos en un período de una muy larga sequía que afectó la calidad y cantidad de los pastos veraniegos y obligó a los ganaderos a importantes desembolsos en alimentos complementarios.
El operativo del traslado de las cabezas de ganado se iniciaba este año con las primeras luces del viernes y afectaba a la circulación rodada en el entorno de los Llanos del Hospital desde las siete de la mañana hasta el mediodía, en que las vacas y terneros llegaban ya a sus nuevos pastos para las próximas semanas. «Procuramos que estos traslados generen las mínimas complicaciones posibles y por eso los vamos a retomar el lunes con los ganados de Ardonés, porque pensamos que habrá menos gente ya en la zona, pero lo lógico hubiera sido trasladarlos este mismo fin de semana», comenta Lamora.
En esta segunda parte de la operación, los trabajos se iniciarán a primera hora de la mañana del lunes, cuando los ganaderos implicados suban a la montaña de Ardonés para triar las vacas y comenzar a bajarlas hacia el pueblo de Cerler, donde llegarán sobre el mediodía.
Tras una primera parada para reponer fuerzas y reagrupar los ganados, a primera hora de la tarde todas las reses iniciarán el descenso por la carretera de Cerler hasta los campos cercanos a Benasque, junto a la rotonda-cruce con la A-139, donde harán noche para afrontar desde primeras horas de la mañana del martes el último tramo de un recorrido secular que les llevará al Valle de Estós, donde permanecerá más o menos hasta la festividad del Pilar, fecha en que en Benasque se suele celebrar una muy importante feria ganadera coincidiendo con la estabulación de los ganados que, como comenta Lamora, «todo parece indicar que no se podrá celebrar por las circunstancias derivadas de la Covid 19».
El movimiento de los ganados genera alguna que otra retención en la circulación por las carreteras y tramos implicados. Por ello, desde el ayuntamiento llevan varios días advirtiendo a residentes y visitantes de esta circunstancia, solicitando paciencia a los conductores que se vean implicados y pidiendo públicas disculpas por los inconvenientes que conlleva esta tradición más que centenaria que sigue manteniendo su indiscutible importancia económica y medioambiental por su función en la preservación de paisajes y ecosistemas. En este sentido, Lamora recomienda que se disfrute del espectáculo; «yo –sentencia- lo llevo viendo toda la vida y todavía me apasiona».
A pesar de la paulatina pérdida de importancia relativa que ha tenido el sector ganadero en la economía de la zona, todavía conserva un considerable peso simbólico en la vida y en la tradición local como se refleja en el apoyo y simpatía que despiertan actividades como este traslado de reses que se ha convertido, prácticamente, en una fiesta ciudadana con la que despedir el verano turístico.

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