La situación de reducción de la movilidad que ha generado la crisis sanitaria del coronavirus está minimizando estos últimos meses las afecciones a la circulación rodada que ocasionan las obras en curso en el tramo de la N-260 entre las localidades ribagorzanas de Campo y Seira. Pero, aunque no los sufran los conductores, o lo hagan mínimamente, los trabajos prosiguen su curso, lo que no deja de ser una muy buena noticia habida cuenta del parón que están sufriendo numerosos proyectos debido al desvío de partidas para hacer frente a las necesidades de todo tipo derivadas del parón económico que está acompañando a la pandemia.
Teóricamente, esta N-260 es una carretera nacional y transpirenaica para ir por el lado sur de la cordillera desde Port Bou, en el mar Mediterráneo, hasta Sabiñánigo, en el extremo occidental del Pirineo aragonés. Y en la práctica así es, aunque en varios de sus tramos aragoneses sigue pareciendo una vía decimonónica y no una comunicación del siglo XXI imprescindible para vertebrar longitudinalmente las comarcas pirenaicas aragonesas y catalanas.
Después de muchos años de reivindicaciones, manifestaciones, promesas incumplidas y demoras nunca suficientemente explicadas, las gentes de la Ribagorza occidental asisten esperanzadas a la mejora de la vía en el tramo del Eje del Ésera pero la dicha no está siendo completa porque acaban de constatar que no está en el ánimo del Gobierno Central acabar en el medio plazo el acondicionamiento integral de la carretera que, en el caso de las tierras ribagorzanas, tiene la asignatura pendiente del tramo entre Castejón de Sos y el enlace con la N-230 en las inmediaciones de la localidad ilerdense de Pont de Suert discurriendo en sus 37 kilómetros por el propio Castejón de Sos, Bisaurri, Laspaúles y Bonansa y salvando los collados de Espina -a 1407 metros de altitud- y Fadas –a 1470 metros-.
Al menos eso es lo que se desprende de la contestación a una pregunta que realizó al Gobierno en el Senado Chunta Aragonesista, a través del senador de Compromís Carles Mulet, recordándole que este tramo está pendiente de acondicionamiento e inquiriéndole sobre la previsión de licitar la redacción del proyecto. La respuesta ha sido concluyente y en absoluto halagüeña ya que el ejecutivo ha señalado textualmente que «el tramo de la carretera N-260 entre Castejón de Sos y la carretera N-230 fue objeto de rehabilitación del firme hace pocos años, encontrándose en buenas condiciones de conservación, por lo que en el momento actual, dada la escasa intensidad de tráfico que soporta, no se prevé ningún otro tipo de actuación».
Joaquín Palacín, presidente de CHA entiende que resulta «muy preocupante» que el Gobierno de España no quiera comprometerse siquiera con la redacción del proyecto de acondicionamiento de este tramo de carretera que se convierte así en el único entre Port Bou y Sabiñánigo, que ni se ha acondicionado ni se tiene previsto acondicionar, «convirtiéndose en un “cuello de botella”». Y recuerda que la sinuosidad que presenta este tramo carretero que transcurre por municipios con poca población no lo hace atractivo para los conductores «que eligen otras opciones con más kilómetros pero más rápidas». Por ello, considera que argumentar baja intensidad de tráfico para no acondicionarlo «es poco presentable y deja a esta parte de la Ribagorza en el ostracismo frenando sus posibilidades de desarrollo, pese a que se trata de una comunicación que une los Parques Nacional de Aigües Tortes y Ordesa y Monte Perdido».
Con las obras en marcha entre Campo y Seira, el otro de los tramos de la N-260 pendiente de acondicionamiento es el de los casi 14 kilómetros entre Fiscal y los túneles de Balupor «cuya licitación –comenta Palacín- no llega nunca pese a acumular muchos años de presencia en los presupuestos generales».
Inicio Noticias Noticias Sobrarbe y Ribagorza Fomento no prevé acondicionar el tramo de la N-260 entre Castejón de...