La interpretación por parte de la Coral Villa de Graus del Himno a Costa”, compuesto por Manuel Borguñó en 1914 para el Orfeón grausino, y la posterior ofrenda floral a los pies del monumento erigido en 1929 al pensador y político en la villa ribagorzana han sido los momentos más emotivos del homenaje que Graus ha rendido en la mañana de este miércoles a Joaquín Costa para conmemorar el 106 aniversario de sus muerte.
Representantes del ayuntamiento grausino y de la Comarca de La Ribagorza, de los Sindicatos de Riegos del Alto Aragón y del Canal de Aragón y Cataluña, de UAGA y del Centro de Estudios de la Historia de Monzón (CEHIMO) ha estado presentes en un sencillo acto con el que se intenta preservar la memoria de uno de los personajes más influyentes intelectual y políticamente en el tránsito del siglo XIX al XX como abanderado del regeneracionismo y de la idea de renovar profundamente España.
Aprovechando la conmemoración, el alcalde grausino, José Antonio Lagüens, ha vuelto a reivindicar la necesidad de implicar a todas las administraciones competentes en la recuperación del archivo costista que todavía se encuentra en la que casa en que falleció y en la rehabilitación de este edificio para convertirlo en un espacio archivístico y museístico sobre su figura y obra.
Lagüens ha abogado por la «unidad de acción» de todas las partes implicadas con el objetivo de abrir a los estudiosos y a los ciudadanos en general el archivo personal del pensador «de enorme valor científico y humano» preservando de paso «en buen estado de conservación» la vivienda en que pasó sus últimos años.
El alcalde de Graus recuerda que en esta villa se conserva un «muy interesante y esclarecedor» fondo y archivo documental que, entiende, «tiene trascendencia nacional e indudable interés público». Y apunta que desde hace más de treinta años la familia descendiente de Costa, propietaria del archivo y del inmueble, ha manifestado «en repetidas ocasiones» su intención y disposición a que las administraciones pertinentes adquieran el edificio «con el fin de crear en él una Casa Museo facilitando la exposición y conocimiento de este archivo».
Costa falleció en su casa de Graus un 8 de febrero de 1911 dejando una ingente producción intelectual y doctrinaria en los más variados ámbitos del conocimiento ya que sus escritos, muchos de ellos plenamente vigentes más de un siglo después de ver la luz, abarcan campos tan dispares como el derecho, la antropología, la lingüística, la historia, la pedagogía, la ecología o la producción agraria.
Anualmente, y en torno a la fecha del fallecimiento del polígrafo, Graus organiza unas jornadas de marcado carácter educativo en las que los escolares del colegio de educación primaria de Graus –que, significativamente, lleva el nombre de Joaquín Costa- son los protagonistas. Los asuntos que se tratan están relacionados con el medio ambiente, el agua y la cultura; temas por los que luchó especialmente este altoaragonés que desde su retiro en Graus clamó en los últimos años de su vida por la necesidad de una profunda regeneración, reinterpretación y modernización de la vida nacional. Su voz atronadora le valió el apelativo de “León de Graus”.