José Pociello, más de medio siglo de fidelidad a las abejas

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El apicultor ribagorzano José Pociello Burgués ha recibido el VI Premio al Mérito Apícola “José Manuel Bolea Ferrer” como reconocimiento a una larga trayectoria profesional de más de medio siglo vinculado con las abejas. Residente en su localidad natal de Literà, en cuyo entorno tiene diseminadas muchas de las 700 colmenas con que cuenta en la actualidad –aunque sus trasiegos le llevan a recorrer buena parte de la comarca o de las vecinas Litera y Alta Ribagorça catalana-, este casi octogenario “mielero” conserva una enorme vitalidad y un profundo amor por un oficio que, no obstante, reconoce que ofrece una vida «muy sacrificada, de mucho padecer y sudar, de trasnochar trasegando con las colmenas, de noches perdidas y, ahora, de poco dinero porque las abejas dan cada vez menos miel».
Nada de eso le frena y a sus muy bien llevados setenta y ocho años sigue al pie del cañón desarrollando un trabajo al que llegó un poco por azar pero que le ha cautivo desde el primer momento y que ejerce con una modestia que le lleva a plantearse los méritos alcanzados para obtener el reconocimiento del sector ya que, sostiene, «hay gente que lo merece más que yo». El regalo que les hizo un hermano mayor casado en Mongay de las colmenas que se sacaba su familia política -«de esas antiguas de vaso»- fue su primera experiencia a comienzos de los años sesenta con el mundo de la apicultura. «No sabíamos cómo se trabajaban las colmenas y se nos murieron las abejas de hambre», recuerda sobre unos inicio nada esperanzadores.
Pero José no cejó, recuperó enjambres en esas primeras colmenas, compró otras modernas layens de madera y aprendió a trasegar y trabajar con las abejas con muy buenos resultados de producción e iniciando un idilio con el oficio que se mantiene en la actualidad. Y eso que, según este veterano apicultor, la profesión cada vez es más complicada por factores como la repoblación forestal. «Han puesto muchos pinares, yo mismo planté numerosos pinos, lo que está acabando con las plantas con floración como el romero y multiplica el cascajo que no hace miel», explica.
También está el tema de las enfermedades que afectan a los enjambres. Pociello apunta que están desapareciendo muchas abejas y que nadie sabe muy bien qué es lo que está pasando. «Te encuentras colmenas muertas y no se sabe por qué, qué peste las ha matado», comenta señalando que, a su juicio, buena parte de la culpa de lo que ocurre la tiene el clima «que está fallando».
Un clima que afecta a nivel global pero que también genera afecciones puntuales como este año en que una nevada extemporánea en la parte oriental de Ribagorza ha acabado hace unos días con buena parte de la floración de un romero que venía muy adelantado por los calores previos, lo que se va a notar durante toda la campaña melera. Nada de esto merma la afición y devoción de José Pociello por un oficio que hizo suyo hace más de medio siglo y al que sigue entregado con las mismas ganas que el primer día.

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