La iglesia de Villarrué sale de la Lista Roja del Patrimonio

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ábside del templo (Foto: Angel Gayúbar)

Los vecinos del municipio de Laspaúles, al que pertenece el pueblo, han valorado «muy positivamente» la decisión de la Asociación Hispania Nostra de sacar de la Lista Roja del Patrimonio Amenazado la preciosa iglesia románica de San Esteban de Villarrué. Una decisión que se ha hecho pública hace escasos días y que ha estado motivada por la constatación de que en el pequeño templo amenazado se han llevado a cabo una serie de reformas que han frenado las grietas y solucionado los problemas estructurales y de cimentación que presentaba, lo que ha hecho desaparecer el peligro de hundimiento y colapso de su fábrica y ha permitido reabrirlo de nuevo al culto.
El alcalde, Ignacio Espot, entiende que se trata de una «excelente noticia» que supone, además, «un reconocimiento explícito» al trabajo de preservación y potenciación de la riqueza monumental, artística, histórica y etnológica de este municipio de la Alta Ribagorza que conserva un más que notable legado patrimonial.
Espot recuerda que en los últimos años se han venido desarrollando numerosas actuaciones en este campo como la rehabilitación de las iglesias del municipio –además de ésta de Villarrué, se han realizado trabajos de restauración y consolidación en las de Laspaúles y Alins-, la recuperación de diversas ermitas del entorno como la de la románica de Turbiné, la de antiguos elementos industriales como el molino, la divulgación del patrimonio municipal, la señalización de senderos y rutas temáticas, en particular vinculados con las brujas, o la creación de varios espacios museísticos.
Con estos antecedentes, extrañaba especialmente el alarmante estado que presentaba la iglesia de Villarrué, que estuvo varios años al borde del colapso. El templo, un coqueto edificio de reducidas dimensiones erigido en el siglo XII manteniendo las formas popularizadas del románico lombardo, se incluyó en la Lista Roja el 18 de julio de 2013 después de que unos trabajos de reforma realizados en la década de los ochenta derribaran la sacristía y la casa-abadía, que tapaba el ábside. Estas obras originaron el deterioro de las bases en que se aposenta la iglesia y obligaron a que fuese apuntalada años más tarde, una imagen que alertaba sobre el gravísimo riesgo que corría la estructura.
El problema se eternizó sin que se pudieran encontrar las vías de financiación necesarias para acometer los trabajos de restauración hasta que hace poco menos de dos años se llegó a un acuerdo entre el Ayuntamiento y Patrimonio para abordar la consolidación de la cimentación y la fábrica de la iglesia. En espera de una reforma definitiva ahora mucho menos imperiosa, se ha adecentado también su exterior, se ha podido abrir al culto y se han eliminado los cables e instalaciones eléctricas que habían sido adosados a los muros de la iglesia que luce ahora como lo que es; una auténtica joya del románico pirenaico que se ha integrado por derecho propio en la Lista Verde del Patrimonio.
Cabe recordar que el acta de consagración de esta iglesia dedicada a San Esteban que sigue las hechuras popularizadas del románico lombardo -que se conserva actualmente en el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón- está fechada en 1143.
De reducidas dimensiones, presenta nave única y ábside semicircular con fachadas de sillarejo irregular, de gres rojo del país, colocado en hiladas sobre gruesas capas de mortero. Hay puertas de arco de medio punto, doveladas, estrechas y tapiadas, en los muros norte y oeste. El ábside muestra una cuidada decoración a base de arquillos lombardos sobre los que corre una franja de pequeñas piezas de losa tresbolilladas que forman ajedrezado. Este ábside se levanta sobre un doble zócalo, de notable altura, construido para nivelar el terreno.

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