La procesión de las Beatas singulariza la Semana Santa grausina

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Antonio Abadías, prior de la Cofradía del santo Cristo y san Vicente Ferrer, fue este año el pregonero de la Semana Santa grausina y abrió con su sentido discurso del pasado sábado un amplio programa de actividades religiosas en esta villa ribagorzana donde, tras la celebración del Domingo de Ramos, se retomaba el programa la noche de este miércoles con la singular procesión de las Beatas o del “Farolé”, un Vía Crucis de especiales características que ha relanzado en las tres últimas décadas las conmemoraciones pascuales grausinas y que este año mantenía por tercer año consecutivo su salida desde la Plaza de San Miguel y no desde la basílica de La Peña como solía ser habitual.
El párroco local, Ignacio Cardona, recuerda que el cambio estuvo motivado por el derrumbamiento del camino de acceso a la basílica de La Peña como consecuencia de una intensa nevada. El camino se recuperó un año después, pero los organizadores decidieron mantener el nuevo recorrido ya que evita a las personas mayores el complicado acceso -más en horas nocturnas- hasta la basílica y no resta espectacularidad a un desfile procesional en el que se representan las quince estaciones de la Pasión de Cristo.
Así, y como siempre que se celebra con el horario de verano, la procesión salía a las nueve de la noche buscando esa oscuridad necesaria para el recogimiento que requiere este Vía Crucis de Miércoles Santo. Lo hacía desde la iglesia parroquial de san Miguel a las nueve de la noche y, tras atravesar el Portal del Jabonero, ir por la Calle del Prior hacia el Barrichós y volver desde allí por la Calle Mayor, las Pueblas Bajas hacia el Portal de Linés, la Calle del Barranco, finalizaba de nuevo en la Plaza de San Miguel.
Un recorrido que ha obligado a variar un tanto las distintas estaciones de este Vía Crucis que recibe sus nombres de procesión de las beatas o del “farolé” del hecho de que históricamente haya sido protagonizada por mujeres y niños que realizan el recorrido en un ambiente de honda devoción y recogimiento acompañados por las luces titilantes de los farolillos que rompen tenuemente la oscuridad que acompaña su marcha por las calles de Graus.
Históricamente ésta era en Graus la procesión femenina mientras que la del Viernes Santo solía tener una mayor presencia masculina y, aunque ahora la división no es tan concluyente, el protagonismo femenino sigue siendo una de las características más singulares de este cortejo procesional que recrea la agonía de Jesús camino del Calvario.

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