Los proyectos ganadores de los premios XXIII Félix de Azara ponen en valor “lo próximo, nuestro entorno más cercano”

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Los proyectos premiados en la XXIII edición de los premios Félix de Azara ponen en valor la importancia de “valorar lo próximo, nuestro entorno más cercano”: su flora y fauna, la sostenibilidad adaptada al mundo de la empresa y del consumo, formas de conservación del medio natural o las diferentes maneras que hay para afrontarlo. En palabras de Roque Vicente, presidente de la Comisión Informativa de Desarrollo y Sostenibilidad de la Diputación Provincial de Huesca, “la pluralidad de la provincia queda plasmada en cada uno de los trabajos reconocidos en esta edición”.

La conservación del medio ambiente, continúa Vicente, “es esencial en un territorio como el nuestro, más si tenemos en cuenta que los recursos naturales de nuestra provincia dan cobertura a gran parte de nuestra actividad social, económica, cultural…”. Desde una diminuta hormiga hasta la recuperación de pastos, pasando por los paisajes del Alto Aragón y la importancia de darlos a conocer a través de los nuevos medios de comunicación, “todos son importantes porque todos tienen un papel destacado en nuestro desarrollo” apunta.

La actual crisis sanitaria ha acentuado la búsqueda de formas de vida saludables y acordes con un modelo de desarrollo sostenible, algo en lo que lleva trabajando varios años en la provincia el movimiento Slow Food, que recibirá el Premio Félix de Azara, la máxima distinción de la Diputación Provincial de Huesca en materia de sostenibilidad en su vigésimo tercera edición. 

Fauna, tradiciones y paisajes de la provincia centran la categoría de fotografía. La imagen de una hormiga que se dispone a beber de unas gotas de agua, en las que puede verse el reflejo de la flor que tiene detrás, fue la mejor valorada por el jurado en esta XXIII edición. Su autor, Carlos Martínez Piedrafita, será galardonado con el Premio Internacional “David Gómez Samitier”. El primer áccesit lo recibirá Francisco Javier Lozano, por su fotografía del descenso anual de nabatas entre Laspuña y Aínsa, tras un tramo complicado los nabateros dan rienda suelta a la emoción. El segundo áccesit es para Joaquín Barrabés, con una fotografía realizada al río Cinca al amanecer desde las Ripas de Alcolea, con la característica niebla sobre los sotos y una bruma alta que matiza los primeros rayos de sol.

Una actividad que introduce al alumnado de todo el colegio de La Fueva (en Tierrantona) en el mundo de los artrópodos que habitan el Valle de La Fueva recibirá el primer premio escolar. Escuela de entomología tiene como objetivo que los alumnos investiguen y reconozcan sus características básicas, ciclos biológicos, especies más representativas y los ecosistemas que habitan. El áccesit es para Los pulmones del colegio. Herbario de nuestros árboles, dirigido a alumnos del Centro Público de Educación Especial La Alegría de Monzón. El proyecto pretende concienciar y aprender la importancia del respeto por la naturaleza a través del conocimiento de los árboles y arbustos que rodean el centro escolar a través  del trabajo  cooperativo y colaborativo internivelar. 

Cima Norte, revista digital de montaña y naturaleza de Adrián Solana, recibió la mayor puntuación del jurado, por lo que recibirá el primer premio en la categoría de medios de comunicación social. Un medio nacido en pleno corazón del Pirineo que ha logrado convertirse en un referente del panorama outdoor (al aire libre), así como de contenidos de divulgación científica (fauna, flora, geología, medioambiente y cambio climático) y que trata de visibilizar los retos medioambientales de la cordillera, apostando por un futuro sostenible para nuestra tierra. El programa de Radio 5 Movimientos ciudadanos para salvar el Pirineo de Huesca, enmarcado en Reserva Natural y emitido el pasado 17 de junio, recibirá el áccesit. Dos enclaves de la provincia de Huesca marcan el destino de este programa: el río Gállego y el Valle de Castanesa.

Alborada, protectora aragonesa de animales, también ha sido reconocida por el jurado. En concreto en la categoría de entidades sin ánimo de lucro, por el proyecto Segunda Oportunidad. La asociación recoge animales abandonados (perros, pájaros, tortugas, iguanas…) y busca una segunda oportunidad para ellos. Con la ayuda de 7 personas voluntarias, los miembros de la junta acuden a diario, en turnos, a la guardería donde se encuentran ubicados estos animales para socializarlos y educarlos. La labor se completa con la edición de folletos informativos de las actividades que realizan y de la tenencia responsable de animales, que se distribuyen tanto en las clínicas veterinarias como en centros cívicos y bibliotecas de la ciudad de Huesca.

Por su parte, la empresa Viñas del Vero recibirá un reconocimiento en la categoría de empresa por su Gestión empresarial sostenible. A través de diferentes acciones, previenen la contaminación y minimizan el impacto ambiental de su actividad, además, han desarrollado nuevas tecnologías sostenibles que mejoran el entorno, haciendo especial hincapié en el cuidado del medio ambiente y la difusión de valores medioambientales.

El uso de quemas prescritas para la recuperación de pastos y protección contra incendios, de la Escuela Politécnica Superior de Huesca recibirá una de las becas de investigación. Este proyecto combina los estudios de campo, acudiendo a quemas prescritas autorizadas y efectuadas por los técnicos de extinción de incendios, con las quemas controladas en laboratorio, estudiará la sucesión vegetal post-quema y los cambios en las propiedades de los suelos, haciendo énfasis en los componentes vivos del suelo que, por su mayor sensibilidad frente a perturbaciones servirán de bioindicadores. La segunda de las becas es para Andreu Cera Rull y Jorge Pey Betrán, que con el objetivo de mejorar el conocimiento ecológico de los líquenes, su uso como bioindicadores y datación, y establecer una red de monitorización con líquenes saxícolas en la provincia, presentaron el proyecto La provincia de Huesca como área geográfica para estudiar la influencia de la deposición atmosférica y el clima en los líquenes de rocas carbonatadas.

Finalmente, las editoriales PRAMES y Pirineum recibirán sendas ayudas a la edición. La primera, para la edición del libro Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso, de José Miguel Navarro y que trata de ser una aproximación a la naturaleza pirenaica a través de los ojos y los conocimientos personales del autor. Un año con sus procesos vitales, meteorológicos, geomorfológicos y humanos. A través de textos amenos y detallados, salpicados de anécdotas y curiosidades en los que el lector encontrará motivos más que suficientes para ver el mundo que le rodea –y que siempre ha estado allí– de una manera completamente diferente. Pirineum editorial recibirá la ayuda para editar Paisajes, de Sergio Sánchez Lanaspa, que recoge una docena de  artículos que buscan reflejar los cambios en el paisaje del Pirineo aragonés durante el siglo XX a través de la mano del hombre: la construcción del ferrocarril de Canfranc, la declaración del Parque Nacional de Ordesa y el Sitio  Nacional de San Juan de la Peña o la conquista hidroeléctrica y la construcción de carreteras son algunos de los temas abordados en este libro.

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