Los voluntarios turísticos de La puebla de Castro, que a lo largo del año de forma altruista acompañan en las visitas guiadas a quienes se acercan conocer el patrimonio de la localidad ribagorzana, han decidido centrar sus esfuerzos no solo en enseñarlo sino también en mantenerlo.
Este pasado fin de semana decidieron acabar con la carcoma que amenaza las tallas y mueble de la iglesia parroquial. Se pusieron manos a la obra con máscaras y plásticos y le dieron a todo del conjunto un buen tratamiento. El patrimonio de La Puebla está salvado de la carcoma.