Los pies llevan más de dos millones de años actuando como la pieza maestra responsable del desplazamiento bípedo de los humanes por todo el planeta. Son la base de sustentación de la postura bípeda, mantienen el equilibrio estático y dinámico del cuerpo y si no se cuidan de manera adecuada a sus necesidades todo el sistema locomotor se resiente y la calidad de vida se deteriora rápidamente. De modo que el cuidado de los pies es uno de los pilares de una vida plena de bienestar. Los pies mantienen el cuerpo en contacto con la tierra, son las raíces de la vida, los responsables del equilibrio, de modo que conviene tenerlos en plena forma.
Un baño diario de pies y un posterior masaje antes de acostarse es un procedimiento muy barato y sencillo que reporta grandes beneficios, siendo además una costumbre muy higiénica y fácil de arraigar, como lo pueda ser el cepillado de los dientes. Cualquier persona sabe y puede masajearse los pies, no hay que tener un conocimiento especial. Quien mejor conoce las características y necesidades del propio cuerpo es cada persona, de manera que tiene que ser cada cual quien empiece a experimentar el mejor modo de masajearse los pies como un cuidado necesario de sí que le reporta mucho bienestar.
Para masajear los pies se puede empezar por abrazar uno con ambas manos, retorcerlo y estrujarlo lenta y suavemente, separar los dedos con las manos, estirar y descomprimir cada dedo, presionar fuertemente en la planta con los nudillos, deslizar las manos suavemente por toda su superficie, en fin, cada persona tiene que ir probando y experimentando todas aquellas maniobras que le produzcan mejores sensaciones. Conviene atender sobre todo a aquellos lugares de la anatomía del pie que más duelen, pues esto quiere decir que necesitan atención y cariño. No conviene huir del dolor o la molestia, dado que esos lugares son los que necesitan más y mejores cuidados.Puede ser conveniente utilizar una crema hidratante para que las manos puedan deslizarse mejor y los pies se revitalicen al facilitar la eliminación de las células muertas de la piel.
Otro modo muy sencillo y eficaz de masajearse los pies consiste en proveerse de una jofaina de plástico con un par de kilos de garbanzos crudos y secos en su interior. Antes de meterse en la cama conviene sacarse los calcetines y bailar y pisar sobre los garbanzos obteniendo en cinco minutos un colosal masaje profundo de los pies. Pueden guardarse debajo de la cama y de este modo resulta sencillo recordar que se necesita el masaje cotidiano. Es necesario tener en cuenta que los pies, en la medida que se cuidan, se lavan y se masajean, evolucionan favorablemente volviéndose anchos, fuertes y sanos.
Cuando transcurridos unos meses se percibe que los zapatos presionan en exceso, hay que cambiarlos por otros que se adapten mejor a los renovados pies, pues si se siguen usando los viejos se les somete a un durísimo castigo muy poco recomendable. Si se cuidan los pies cada día con atención y placer, se puede obtener a cambio una vida confortable y segura a lo largo de toda la existencia pues los pies con estos cuidados no cesan de agrandarse y mejorar constantemente.
