Uno de los grandes placeres de México es su gastronomía, adentrarse en el mundo de la cocina mexicana supone conocer una infinidad de platos y estilos. Cada estado mexicano es un país con sus propias tradiciones culinarias y en cada familia, tienen sus propios secretos para elaborar los platos clásicos.
Los mexicanos son unos auténticos apasionados de la comida y en cualquier momento puede iniciarse una interminable conversación acerca de dónde se pueden encontrar los tacos más ricos, las tortas más sabrosas, el pozole más tradicional o los chilaquiles que mejor te ayudan a curar la cruda (o, lo que es lo mismo, pasar la resaca).
Sin embargo, la esencia de la comida mexicana puede reducirse al taco, por su simplicidad y la unión de algunos de los elementos claves de la cocina mexicana como la tortilla (maiz), la carne (cerdo, res o carnero) y las salsas (chile).
Todavía recuerdo la primera taquería que visité y mi asombro por la rapidez, servicio y calidad. Me invadió la euforia y la sensación de estar ante algo único y maravilloso. Nunca había probado algo tan sabroso, simple y barato.
Las taquerías deben ser elegidas con precaución para evitar indigestas consecuencias, sobre todo para el estomago primerizo. Son miles los puestos de comida callejera que existen en México DF y aunque la mayoría de ellos solo nos deparan alegrías hay otros que nos harán padecer la conocida como «venganza de Moctezuma» que nos mantendrá a base de suero y arroz por algunos días. Si nos fijamos en su forma de trabajar, el número de clientes que atienden y su cercanía o no con el humo de los carros podemos calcular su índice de fiabilidad.
Al acercarnos a una taquería comienzan las invitaciones al potencial cliente: ¿qué le pongo güero? ¿qué va a ser joven? ¿siéntese patrón? Una vez nos decidimos por un puesto determinado encargamos la orden al taquero que preparará los tacos rápidamente mientras escuchamos el rítmico sonido del cuchillo al machacar la carne, nos pregunta si van «¿con todo?» (cebolla y cilantro) y te los servirán en el típico plato de plástico.
Cuando ya tienes tus tacos solo falta hacerte hueco entre los clientes para encontrar tus salsas favorita, (con cuidado y mesura, suelen picar todas) y disponerte a disfrutar como el primer día.
Tanto por tan poco ¡¡¡Viva México y sus tacos!!!