Torres del Obispo acoge este domingo una multitudinaria Fiesta de la Redolada

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Más de medio millar de personas han confirmado su presencia en la comida de hermanamiento que se celebrará en el núcleo grausino de Torres del Obispo como uno de los actos centrales de la Fiesta de Redolada, la decimocuarta edición de las Jornadas de Convivencia del Municipio de Graus. El programa previsto contempla la celebración de otros muchos actos musicales, culturales, lúdicos y participativos en los que se espera la presencia de cientos de personas llegadas desde todos los rincones del extenso término municipal grausino para participar en este festejo que es una gran celebración de la convivencia vecinal.
Los torrenses se han volcado con esta fiesta itinerante que recorre, por orden alfabético, los núcleos habitados que conforman el municipio. Desde hace ya varios meses, pero con especial intensidad en las últimas semanas, se han ido sucediendo las reuniones vecinales y acometiendo los preparativos para que la anfitrionía de la “chen de Torres” quede en el recuerdo de los asistentes.
Desde su primera edición, la fiesta sigue un esquema muy similar en su programación que arranca con una excursión senderista, que sale de Graus hacia el núcleo anfitrión y que contempla actividades como una exposición fotográfica sobre la historia del pueblo protagonista y de sus gentes –que en Torres será especialmente interesante ya que el pueblo se precia de haber tenido entre sus hijos a varios de los pioneros de la divulgación fotográfica en el Alto Aragón-, las propuestas lúdicas específicas para jóvenes y niños, los juegos recreativos, una ceremonia religiosa, la música en vivo, los homenajes a los residentes del núcleo y una gran comida de convivencia que en esta ocasión se servirá en dos enormes carpas instaladas junto a la zona de las piscinas municipales y que estará compuesta por un entrante individual con jamón de bodega, tostada de txaca con gambas, cogollos de Tudela, paté, queso, y embutidos, un estofado de ternera con verduritas y un helado artesano.
En esta zona es donde el Ayuntamiento grausino ha realizado estas últimas semanas una actuación, que es preceptiva también en las localidades anfitrionas de Redolada, acondicionando y asfaltando el camino de Santa Ana que ha permitido mejorar el acceso a las piscinas, a la ermita que le da nombre y a unas dependencias ganaderas situadas algo más arriba.
Con 143 habitantes censados, y con 18 niños en edad escolar, Torres del Obispo es, tras Graus, el núcleo más grande del municipio y una localidad llena de historia y de notables elementos arquitectónicos que merecen una detenida visita que va a permitir a muchos de los visitantes que lleguen con este fiesta descubrir una localidad que rezuma encanto.
El objetivo principal de Redolada ha sido desde sus orígenes el de reforzar los lazos de las gentes que residen en un municipio muy amplio y con numerosos núcleos de población en algún caso bastante distantes entre sí. La festividad arrancó en 2002 y tuvo en sus primeras ediciones –desarrolladas siempre en el entorno de la festividad de San Isidro Labrador salvo este año en que se ha retrasado para no coincidir con la campaña a las elecciones municipales- un carácter anual pero desde hace ocho años, y por motivos presupuestarios, tiene periodicidad bienal. Algo que no resta brillantez a esta conmemoración de la convivencia que sirve también para que muchos grausinos conozcan físicamente los distintos pueblos que conforman el municipio y puedan así reflexionar de forma conjunta sobre la identidad colectiva y las posibilidades de desarrollo del territorio.

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