Por Paola Bandrés
Belén Luque, dirige el Museo Diocesano de Jaca, que este año celebra el 6º aniversario de su reapertura. El Museo ofrece más de 2.000 meseros cuadrados de arte medieval del que destaca la extraordinaria colección de pinturas murales originales, de estilos románico y gótico, que fueron rescatadas de varias iglesias de la Diócesis de Jaca. Sin duda, este conjunto de frescos hace del jaqués uno de los museos de pintura medieval más importantes. Con motivo de esta celebración, el Museo organizó una jornada de puertas abiertas el pasado 9 de Febrero en la que presentó nuevas piezas.
– ¿Cómo has vivido estos seis años? En este tiempo se han llevado a cabo iniciativas importantes…
– Han sido seis años intensos. En general y dentro de nuestras posibilidades hemos ido cumpliendo los objetivos que nos marcamos. Evidentemente un Museo requiere tratar muchos aspectos y el primer objetivo que teníamos en mente era la atención al público, crear el sistema de visitas guiadas de la Catedral, del propio Museo, la visita a la Jaca Medieval que nos encargó el Ayuntamiento. A lo largo de estos años también se han puesto en marcha talleres didácticos para niños, la creación de material educativo para los colegios y lógicamente, trabajar en la colección. Todo museo tiene la obligación de conservar las colecciones y en la medida de lo posible de ampliarlas, por eso se han ido incorporando nuevas piezas. Poco a poco, sobre todo desde la humildad y desde el trabajo diario, creo que se han ido cumpliendo esos objetivos.
– Piezas que se presentaron en la jornada de puertas abiertas…
– Si. El pasado 9 de Febrero presentamos las nuevas piezas incorporadas, restauradas gracias a una subvención del Ayuntamiento de Jaca y que son el grupo gótico de la Epifanía y la talla de San Alejandro de Bernués. Aprovechamos la ocasión para presentar un capitel que teníamos en los fondos que ya estaba restaurado pero había que colocarlo, que es el capitel de la Huída a Egipto. La colocación de estas piezas nos ha obligado también a rotar y cambiar la ubicación de otras piezas como el Frontal del Altar de Santa María de Iguácel.
– ¿Hay nuevas incorporaciones a la vista o no hay nada cerrado todavía?
– Tenemos que verlo y hablar con el ayuntamiento para valorar las posibilidades que hay. El museo se autofinancia con las entradas con lo cual de esa parte no podemos acometer restauraciones y las restauraciones se llevan a cabo gracias a las subvenciones que cada año nos plantea el ayuntamiento en función de los presupuestos que contempla. Piezas tenemos muchas para restaurar pero hay que ver primero con qué disponibilidad económica contamos.
– La falta de financiación es uno de los principales problemas…
– El museo no puede contar con un presupuesto anual cerrado. Dependemos de los visitantes para hacer frente a los gastos corrientes del museo como son los de personal, luz, calefacción…entonces, no saber con qué presupuesto contamos para llevar a cabo una restauración complica a veces la situación desde el punto de vista de la gestión pero durante estos seis años hemos podido hacer cosas.
– Ahí está el trabajo intenso que tiene que hacer el Museo para mantener el número de visitas…
– Tenemos que trabajar para que el museo siga siendo un aliciente para vecinos y visitantes. La colección es importante pero es verdad que todos queremos ver cosas nuevas y al final toda esa labor, muy difundida por los medios de comunicación, nos permite ir sobre viviendo.
– La jornada de puertas abiertas fue todo un éxito. ¿Reconforta la respuesta del público? (Del que acude por primera vez pero también de los que repiten)
– En el museo estamos todos muy contentos con el cariño de la gente, por ejemplo en el día de puertas abiertas. El cariño de la gente de Jaca y de la Diócesis y su apoyo. Las actividades que organizamos siempre se llenan y aunque es un trabajo arduo el que desarrolla el personal del museo, tiene sus compensaciones. La principal es trabajar en un Museo con una colección excepcional.