El catedrático de Bioquímica y Bilogía Molecular Carlos López Otín, Premio Aragón 2016, hizo un discurso humanista con la intención de unir los diversos pasados, la actualidad de los tiempos presentes y los tiempos venideros a través de menciones históricas, planteamientos vitales y proyecciones hacia delante.
Mencionó la emoción del “folio en blanco en el que cabe el universo” tantas veces recordado por Jorge Luis Borges, con la búsqueda del conocimiento, la ocupación habitual de este serrablés que hizo referencia en los primeros momentos de su intervención a los sabios y curiosos que trabajaban en la armonía de La Aljafería, actividad que comparó con el acto de esta mañana en una sede parlamentaria en la que también se buscan los acuerdos.
Tras mencionar también al escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, López Otín hizo guiños a la indiscutible igualdad de los seres humanos, que “se demuestra una vez más cuando estamos ante la enfermedad” y a la importancia de contar con representantes políticos, que al igual que su propia labor investigadora “deben buscar respuestas para aquello que nos preocupa”.
La “emoción de descubrir” fue puesta por López Otín como cumbre de la emoción, situación vital solo superada por “la responsabilidad de la enseñanza y una educación que no hará mejores y la y la gran responsabilidad de ayudar a quien busca salud y conocimiento”.
El catedrático aragonés tuvo un recuerdo para su profesores y alumnos, además de para una representación de Sabiñánigo que asistió al acto. Terminó declarándose encantado de su trabajo, una cita diaria con la ciencia y la vida” porque “la adversidad es la mayor escuela de humanidad”.
Sobre Carlos López Otín
López Otín. Nacido en Sabiñánigo, es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo. Nació en Sabiñánigo (Huesca) en 1958.
Comenzó Químicas en la Universidad de Zaragoza y se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid. Entre la multitud de méritos que explican su lugar en la élite de la investigación y la ciencia en el mundo se encuentran: el descubrimiento y la investigación de más de 60 nuevos genes humanos codificantes de proteínas asociados a enfermedades como el cáncer y el análisis de sus funciones en la progresión tumoral y en otros procesos normales y patológicos; el hallazgo de la proteína colagenasa-3, presente en procesos tumorales y en enfermedades artríticas e inflamatorias; además de la secuenciación del genoma del chimpancé.
Destacan sus contribuciones a la notación del genoma humano y de diversos organismos modelo o a la secuenciación del genoma de la Leucemia Linfática Crónica, en la que ha hecho aportaciones decisivas el grupo de investigación que él dirige junto al también científico aragonés Elías Campo.
De su laboratorio, han salido trabajos que han abierto las puertas a vías fundamentales de investigación para patologías como el cáncer, la artritis, los procesos de envejecimiento, las enfermedades raras o una decena de enfermedades hereditarias.
