La Fototeca continúa atendiendo durante el confinamiento de forma telemática consultas, solicitudes y prestando asesoría de archivos fotográficos y su difusión.
Muchos hogares han aprovechado el confinamiento para sacar a relucir los álbumes de fotografías familiares. Allí está la historia de sus miembros: desde el noviazgo a la alianza matrimonial, y del nacimiento de los pequeños hasta su graduación escolar o universitaria. Son imágenes sin caducidad. Capturan momentos importantes de nuestras vidas y nos recuerdan quiénes somos y de dónde venimos. Esos álbumes son un tesoro; cuidarlos, una gran responsabilidad.
Es un buen símil para explicar la misión de la Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca, que cumple su trigésimo aniversario: salvaguardar la memoria de la provincia. Su cometido es conservar y documentar el patrimonio fotográfico y audiovisual del Alto Aragón. Atesora la historia de la tierra y de sus gentes fundamentalmente durante el siglo XX. Más de 80 fondos y colecciones privadas y una docena de proyectos de recogida fotográfica en distintas localidades altoaragonesas conforman los archivos que preserva este organismo cultural.
La inauguración de Ordesa y Monte Perdido como Parque Nacional el 14 de agosto de 1920, emblemas patrimoniales como el castillo de Loarre o el monasterio de San Juan de la Peña; el día a día en pueblos como Ansó, con su característico traje regional; los oficios tradicionales como la siega, el hilado o el trabajo de la madera; la sociedad oscense desde principios del siglo XX… son tan solo algunos de los miles de ejemplos que se pueden hallar al abrir los extensos ‘álbumes’ de patrimonio fotográfico y audiovisual que conforman la Fototeca. La Diputación Provincial de Huesca entiende que conservar este legado es responsabilidad de todos porque atestigua nuestra historia para las generaciones venideras.