Una marca de alimentos pirenaica que no entienda de fronteras está cada vez más cerca de la mano de los grupos de Slow Food -conviviums- que se extienden a ambos lados de los Pirineos, una representación de los cuales se dio cita la semana pasada en FERMA, la Feria Regional de Barbastro.
Allí, en torno a 90 defensores de los productos “buenos, limpios y justos”, como ellos mismos los definen y pertenencientes a conviviums del Bearn, Bigorre, Álava, Pamplona, Ribagorza y Huesca compartieron una jornada en la que visitaron a productores locales y debatieron sobre mercados y normativa; también se preguntaron si existe una gastronomía diferencial de los Pirineos y si la hostelería Pirenaica es un verdadero escaparate de los productos que potencian los conviviums.
El intercambio entre los grupos franceses y españoles adquiere un gran interés ya que la vertiente francesa lleva la delantera en las cuestiones de mercado y normativa, por una mayor flexibilidad y agilidad de sus administraciones, que ofrecen un mayor apoyo al artesano agroalimentario, mientras que la vertiente española aporta todo su saber hacer en el ámbito gastronómico y en todo lo relacionado con el producto.
Los asistentes a la jornada también conocieron de primera mano productos locales: el Tomate Rosa de Barbastro y el Arroz Somontano fueron los protagonistas en esta ocasión. Además, estuvieron en la bodega Enate y conocieron su fusión de vino y arte.
TuHuesca y Slow Food Huesca impulsaron este encuentro en el que también se habló de un Congreso de Gastronomía que tendría lugar de forma alterna en Francia y España (Huesca), cuya primera edición se desarrollaría el próximo año en la capital del Alto Aragón y que constituye una de las acciones fundamentales del POCTEFA “Hecho en los Pirineos” , en el que están implicadas Diputación Provincial de Huesca, Ayuntamiento de Huesca y Departamento de Altos Pirineos.
El movimiento Slow Food tiene más de 100.000 seguidores en todo el mundo que no entienden de fronteras. El convivium oscense defiende además los alimentos locales como parte del patrimonio cultural de un territorio, filosofía que comparte plenamente con Huesca La Magia de la Gastronomía.