La campaña de aguas bravas sufre los efectos de la pandemia en Ribagorza

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Las empresas que trabajan en el río Ésera han notado un notable descenso en el número de usuarios este verano, en buena medida por las restricciones al turismo internacional que se ha dejado notar muchísimo en el sector. En este sentido, José María Martínez, director de la Eseraventura –la decana de las empresas ribagorzanas- comenta que, tras la debacle de la primavera –uno de los momentos fuertes de la oferta del turismo de aventura-, a comienzos de verano todo indicaba que iba a ser una muy buena temporada veraniega por las reservas y llamadas que se estaban recibiendo pero que la situación sanitaria en las comarcas orientales altoaragonesas, primero, y las recomendaciones en sus países de origen a los habituales usuarios extranjeros del turismo de aventura en Ribagorza, después, han hecho que se hayan reducido «drásticamente» las cifras de clientes con respecto a temporadas anteriores. «Hemos sufrido en torno a un veinte por ciento de pérdida de usuarios en esta temporada veraniega con respecto al año pasado», reconoce Martínez apuntando que, aunque se ha incrementado la presencia de clientes españoles en algo más de un diez por ciento, la cifra de visitantes extranjeros ha bajado un cuarenta por ciento.

Martínez recuerda que en los últimos años un sesenta por ciento de la clientela era de origen español, pero un cuarenta procedían de fuera de España -«fundamentalmente de Francia, Bélgica y Holanda, pero también de otros muchos países»- por lo que su ausencia este extraño 2020 «se ha dejado sentir enormemente». Más todavía si se tiene en cuenta que este turismo de aventura internacional es el que contrata los paquetes más caros con lo que ello conlleva en la facturación final de las empresas. En el lado positivo está el citado aumento del turismo nacional -«fundamentalmente catalán, madrileño y, con un notabilísimo incremento, aragonés»- que desde el sector se pretende fidelizar de cara al futuro.
Martínez señala que los objetivos que se plantean las empresas de aguas bravas pasan por recuperar el número de usuarios extranjeros y mantener el tirón entre los nacionales, algo esto último que son conscientes de que es muy difícil habida cuenta de que en buena medida su aumento ha estado motivado en una parte considerable por turistas que habitualmente eligen en verano las zonas de playa y que este año no han podido desplazarse a ellas. Aún así, el buen sabor de boca que ha dejado en ellos sus experiencias con el turismo en la España interior puede suponer un factor de atracción para nuevos usuarios nacionales.
Por otra parte, las empresas del Ésera esperan seguir manteniendo los convenios de colaboración con las hidroeléctricas que operan en el valle para gestionar los desembalses y optimizar el aprovechamiento del río.

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