Miguel Gracia clausura en Benasque el coloquio internacional sobre los refugios pirenaicos

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El Presidente de la Diputación Provincial de Huesca clausuró este sábado el II Coloquio Internacional de Refugios Pirenaicos organizado en Benasque por la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM). Durante el acto, recordó el esfuerzo que desde hace 20 años está realizando la institución provincial, aún sin tener competencias en ello, invirtiendo en la mejora, adecuación y construcción de este tipo de equipamientos de montaña que contribuyen a un desarrollo sostenible de estas zonas.
El último ejemplo: la inversión de más de 2,5 millones en la construcción del refugio más alto del Pirineo aragonés, el de Cap de Llauset, financiado, a través de un convenio, exclusivamente entre la Federación Aragonesa de Montañismo y la administración local (Ayuntamiento de Montanuy y Diputación Provincial de Huesca).
Miguel Gracia argumentó que “el tirón y revulsivo que ha cobrado en los últimos años la práctica de deportes de montaña e instalaciones como los refugios de montaña ha de ser aprovechado para trasladar a quienes viven en las grandes ciudades que la práctica de estos deportes en la montaña es posible porque hay vecinos que viven y trabajan en estos pueblos de montaña y esto contribuye a mantener el territorio vivo”.
Así lo señalaba en este foro que se celebra en el marco del proyecto de cooperación transfronteriza InturPYR. acerca de Innovación turística para un destino único en el corazón de los Pirineos. Unas 150 personas de todo el país y sobre todo de lugares con montaña como guardas de refugios, federativos de varias comunidades autónomas, agentes de turismo, asistían durante dos días a este encuentro.
“La Diputación de Huesca ha tenido claro que los refugios de montaña han sido un recurso generador de actividad económica para esta parte del territorio”, dijo Miguel Gracia. De hecho, la institución provincial, viene aportando inversión para estas infraestructuras desde finales de los años 80, en tres planes de refugios consecutivos y otras actuaciones directas, en las que, si bien a veces se ha contado con la colaboración de otras administraciones, en otras ocasiones la financiación ha sido solo de la administración local y la FAM.
Miguel Gracia recordó el valor y compromiso de las personas que trabajan en los refugios de montaña y su actitud de respeto hacia el entorno, siempre con la máxima de ofrecer un buen servicio a quienes llegan hasta estas infraestructuras. De hecho, en el año 2017 estos refugios de montaña, 15 en el Pirineo aragonés, albergaron 100.000 pernoctaciones, una cifra que sin lugar a dudas denota el interés de la práctica deportiva en montaña y la necesidad de ofrecer instalaciones y servicios de calidad.
El Presidente de la Diputación de Huesca, que estuvo acompañado por varios responsables de la FAM, como su presidente Luis Masgrau, o el responsable de refugios, Sergio Rivas, así como por el alcalde de Benasque, José Ignacio Abadias, y el vicepresidente de la Comarca de La Ribagorza, Eusebio Echart, se refirió también a la importancia de que se creen “sinergias y complicidades entre quienes practican el montañismo y las personas que viven y generan con su trabajo y residencia los paisajes de este territorio del que hoy pueden disfrutar los montañeros y público en general”.
En concreto, aludía al papel que la ganadería extensiva desempeña en territorios de montaña, tanto como actividad económica como mantenedora del paisaje y sostenibilidad de estos espacios.
En este marco de coloquio de proyecto transfronterizo como es el InturPYR, Miguel Gracia apuntó que “los territorios de montaña tienen tradicionalmente una cultura propia, compartida, entre las gentes que los habitan”. “El Pirineo ha sido considerado por quienes lo habitan como un espacio propio, no de fronteras, sino un lugar en el que sus pueblos comparten culturas, lenguas, interrelacionan comercialmente; por encima de las fronteras administrativas existe un espacio que se ha forjado, de forma natural, de convivencia y colaboración”, comentó.
Y en este sentido puso ejemplos actuales, como los proyectos transfronterizos que se llevan a cabo entre administraciones, las relaciones comerciales de ahora y anteriores, la propia red de refugios que permite a los montañeros recorrer los Pirineos franceses y oscenses, así como otros ya anteriores, como los hospitales de montaña, como el de Benasque ahora reconvertido como instalación hotelera, que eran usados para dar cobijo alimento a viajeros que por motivos comerciales recorrían estas montañas o a los peregrinos que lo hacían por motivos religiosos.
Miguel Gracia concluyó con la importancia de estos refugios de montaña y de las gentes que en ellos trabajan como generadores de una actividad económica respetuosa con un desarrollo sostenible.

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