Con menos público que otros años, debido a que coincidieron dos festejos al mismo tiempo, se celebró en Belver la tradicional carrera pedestre, que cumplía 44 ediciones de la etapa moderna, desde que se recuperó en 1979, tras varios años sin organizarse.
La carrera se disputó en el habitual escenario de la calle de San Antonio, donde se dieron cita dieciséis atletas, once hombres y cinco mujeres, para completar 35 vueltas (unos 8 kilómetros).
Alejandro Poy, encargado de la organización y del control de la carrera, dio la salida y ya, desde las primeras vueltas, se fueron seleccionando los atletas de cabeza, tras estirarse el pelotón con la disputa de las numerosas primas que se concedieron durante la prueba, superando los 250 euros.
Lourdes Gil se ocupó de controlar la llegada de los corredores en la disputa de las primas, labor que ejerce con gran solvencia desde hace varias décadas.
En las primeras vueltas tomaron el mando de la carrera los atletas Nacho Diente, de Zaragoza, y Denis Lorda, de Zuera, ambos del club ADA Zuera. Por detrás seguía un pelotón, que se despedazaba en cada disputa de primas. El madrileño Luis Polanco fue consolidando la tercera plaza con el transcurrir de las vueltas, mientras permanecía la incertidumbre de las dos primeras posiciones. En las últimas vueltas Nacho Dieste se deshizo de su rival, Denis Lorda, y en solitario se dirigió sin opositor hasta la línea de meta.
El leridano Juan Luis Pérez ocupaba la cuarta plaza. Los demás corredores, sin opciones a los primeros premios, se centraron en la disputa de primas. De Barbastro participaron Paco Sahún, Paco Dorado y Daniel Escartín. De Zuera, Antonio Dorado, Jorge Pérez Picón y Hugo Lorda, y de Monzón, Sergio Zambana.
En la categoría femenina, tras la primera prima, tomaron el mando la barbastrense Verónica Escartín y la alcañizana Eva Morraja, segunda y tercera clasificada, respectivamente, en la Gran Carrera Pedestre de San Lorenzo de Huesca. Marta Millaruelo, de Barbastro, derrocho constantemente energías disputando primas con sus compañeras y con otros corredores, quedando agotada sin opciones para las dos primeras plazas, y se tuvo que conformar con el tercer puesto.
Las otras dos participantes femeninas fueron las leridanas Laura Rosell, que ostenta el récord de victorias en esta carrera con ocho triunfos, y su hija Judith Pérez, que ya rivaliza con su madre.
La campeona femenina se decidió en la última vuelta a favor de la joven barbastrense Verónica Escartín, imponiendo su mayor velocidad en el esprint final, disputado con la veterana Eva Morraja, de Alcañiz.
La nota simpática de la carrera la puso el corredor y jotero Jorge Pérez Picón, cantando la jota que bailaron los campeones, Nacho Dieste y Verónica Escartín.