La carretera N-230, que une Lérida con Les (en el Valle de Arán) por Benabarre y la Ribagorza Oriental, se cobró ayer una nueva víctima incrementando así una siniestra relación de accidentes mortales que la están convirtiendo en una de las vías más peligrosas de España en este año 2017.
En esta ocasión, una persona, A.G.S. barcelonés de 73 años, fallecía y otra, F.G.S. leridano de 69, resultaba herida grave en un nuevo siniestro de tráfico que tenía lugar en el término municipal de Viacamp-Literà en un punto prácticamente equidistante de ambas localidades altoaragonesas. El suceso ocurría en torno a las 17,20 horas en el punto kilométrico 80,400 cuando, por causas que se desconocen, un turismo Audi A4 que circulaba en dirección a Benabarre se salía de la vía por la derecha y caía por la cuneta en el fondo de una de las zanjas de hormigón que recogen el agua de lluvia.
Según comenta un vecino de la zona que pasó por el lugar del siniestro poco después de producirse el accidente, el vehículo quedó volcado sobre el capó en el interior de la zanja que, aproximadamente, tiene una profundidad de unos dos metros. Hasta el lugar del accidente se desplazaron los bomberos del parque de Benabarre, el personal del centro de salud benabarrense, las ambulancias de Benabarre y Graus, la Guardia Civil de Tráfico y el personal de mantenimiento de la vía.
Como consecuencia del accidente fue necesario cortar a la circulación uno de los carriles hasta que pudo ser retirado el vehículo accidentado. No obstante, al tratarse de un tramo con un carril de adelantamiento supletorio esta circunstancia apenas afectó al tráfico rodado.
Este siniestro no fue el único que tuvo ayer como escenario la parte ribagorzana de la N-230 ya que unas horas antes, sobre las dos de la tarde, un camión que transportaba mercancías peligrosas sufría también un accidente a la altura del término municipal de Sopeira al salirse de la vía en el sentido contrario de su marcha. Como consecuencia del incidente, el conductor del camión sufrió heridas leves aunque la carga no se vio afectada y la calzada quedó en todo momento expedita para la circulación rodada. En este caso, por cuestiones de proximidad, fueron los bomberos y la ambulancia de la ilerdense Pont de Suert los que acudieron al lugar del accidente pero, al tratarse de un vehículo que transportaba materiales peligrosos, los bomberos de los tres puestos de Ribagorza -Benabarre, Graus y Villanova- se encontraban movilizados por si hubiera sido necesaria su intervención.
La lista de sucesos en torno a la N-230 no acabó allí ya que muy cerca de esta carretera, en el término municipal de Estopiñán del Castillo, se declaró en la tarde de ayer un pequeño incendio forestal ocasionado por la quema de restos de obras que se extendieron a una zona adyacente de matorral y sotobosque. El fuego no alcanzó grandes dimensiones y los bomberos benabarrenses pudieron controlarlo con relativa facilidad pero dada la extrema sequedad existente hizo aconsejable el mantenimiento de un retén hasta bien avanzada la noche.
