A CARA O CRUZ | María Díaz Bello
Desde “A Cara o Cruz”, queremos acercarnos a personas que se atreven, que toman decisiones en la vida, persiguiendo sueños, y que, en el camino, se van encontrando con grandes sorpresas, con bonitas recompensas a su esfuerzo… pero también con dificultades, con sinsabores, con decepciones…
Un soplo de vida. Eso sentí al verla saludando desde el otro lado de la carretera. Minutos después conocí cuál podría ser el origen de esa fuente desbordante de energía. Al entrar en su casa, yo misma comencé a experimentar una especie de escalofrío poco común. Nos adentrábamos -sin saberlo- en un mundo de fantasía perfectamente salpicado por detalles que invitaban a soñar. Su casa. Su templo. Su escenario cotidiano. Un lugar en el que el viento susurra palabras fecundas, de las que nacen guiones lúcidos e ingeniosos. Un lugar en el que zapatones, sombreros y un creativo vestuario al servicio de un lenguaje universal, el Clown, te dan la bienvenida y te devuelven la esperanza propia de la niñez. Así es su hogar, un espacio en el que reina un corazón con nombre de mujer, Patri Coronas.
Te defines como una payasa, bufona y actriz y la pregunta obligada es ¿se nace o se hace?
Yo diría que se hace. No creo que haya nacido siendo payasa, pero sí que he ido descubriendo el poder que te da jugar a ser una payasa y la manera en que puedes mirar a la gente. Como dice un gran profesor de clown, Philippe Gaulier, todo el mundo puede ser payaso, sí, pero no todo el mundo está dispuesto a mostrar su idiota interior. Entonces, creo que se hace.
Nos encontramos en tu casa. Un espacio podemos calificar como idílico. Elegiste permanecer en el mundo rural, apostaste por el camino del humor, por el teatro, por el clown. Y lo hiciste porque era tu pasión y porque era lo que te dictaba tu corazón. ¿Qué ha aportado esta decisión en tu vida?
Mucha satisfacción, mucho esfuerzo y mucho escuchar a mi intuición y decir “creo que valgo para esto, creo que es donde más brillo”. Y, a la vez, te reporta mucha alegría y mucha humanidad. Es por la forma en que puedes mirar a los ojos de gente que no conoces cuando trabajas desde la payasa. No podría mirarlos así dedicándome a otra cosa.
Me gusta mucho una frase de María Zambrano que dice algo así “en esta vida soy lo que no he podido dejar de ser”. No sé si es exactamente así, pero cuando la leí dije “esa soy yo”. Descubrí el clown en la universidad, hice el primer curso y a mi compañera de piso le dije que había sido como respirar de nuevo. Y desde entonces seguí formándome y viendo que me llenaba muchísimo el alma. No tanto el bolsillo, pero creo que es más importante que se te llene el espíritu…el bolsillo ya llegará [risas].
Vamos con la CARA de la vida Patri. Vemos en tu página web, patricoronas.com, que tu repertorio ofrece ya 9 espectáculos (para sala y calle)…y un personaje muy especial, Pitita. ¿Qué tiene Pitita de Patri y qué tiene Patri de Pitita?
Pitita de Patri tiene el corazón, sin duda, y que es muy de pueblo y le encanta. Y al contrario…yo diría que hay algo en mí que siempre me ha dado vergüenza y es ser la niñita rubita de ojos azules… la niña guapa…eso lo he negado mucho tiempo, pero, de repente, lo he puesto en escena y juego a ser la rubia tonta -que de tonta tiene bien poco- y a parecer una diva, que se cree la máxima del mundo y que realmente lo que hace es premiar la vida. Pitita no espera nada de nadie, sino que se premia a sí misma.
¿Qué busca Patri Coronas con el humor? ¿Busca hacer reír o busca algo más…?
Pues creo que lo que busco, ya sea hablando de un tema o de otro y siempre desde el humor, es que la humanidad no deje de tener humanidad. Lanzar el mensaje de que, cuanto más amor das, mejor estás, como dice Kase.O.
Me da igual que color te guste y me da igual que ideología te guste, creo que tenemos mucho más en común que diferencias y a través del humor se puede llegar a lanzar esos mensajes. Creo que ahí está la evolución de las personas, no dejar de tener corazón.
Es bonito -y muy esperanzador- hablar contigo de la CARA de la vida (el corazón, la humanidad…), pero en toda trayectoria hay también una CRUZ, ¿qué es para ti la cruz de un profesional del humor?
La cruz muchas veces es toda la burocracia que este sistema nos exige. Es el IVA tan alto que tenemos aquí. La cultura tiene un 21% del IVA, el mismo que los artículos de lujo. En Francia, tú creas un espectáculo y ,hasta que no has hecho 100 funciones de ese espectáculo, tienes un IVA reducido al 2%. Sin embargo aquí, para crear un espectáculo, con todo lo que tienes que invertir (tiempo, vestuario, escenografía, iluminación…),hasta que recuperas la inversión pasa mucho tiempo.
A veces, también los programadores o programadoras…las ferias de teatro, desde mi humilde opinión, le dan mucha importancia a esos programadores y no tanta a los que realizamos la cultura. A veces pienso que los programadores no se dan cuenta de que sin los creadores ellos no podrían trabajar.
También es difícil cuando te programan con la barra del bar al fondo y jugando al bingo mientras actúas…son situaciones que cuestan mucho, la verdad.
En esta Sección siempre decimos que de la cruz se aprende mucho y una de las cosas que nos genera mucha curiosidad es saber cómo se las apaña Patri Coronas en los días tristes…
Pues como cualquier hijo de vecino que va a trabajar y no tiene ganas. Lo que hago es dedicarme unos minutos en el camerino. Respiro y pienso “te dedicas a lo que te gusta”. He tenido la suerte de nacer en un sitio del globo terráqueo en el que mi vida no corre peligro por salir a la calle. Entonces, tengo la obligación de disfrutar de esta vida y de hacer disfrutar a la gente. Nadie tiene por qué “comerse mis marrones”, el escenario no es un lugar para hacer terapia. Cuando te dedicas a esto profesionalmente, hay que ser profesional.
«Abordemos el mundo desde la mirada de un payaso. Mirémonos más a los ojos y riámonos”
Y además, eres miembro de la ONG Payasos sin Fronteras, ¿te llevas más de lo que das?
Sin duda. Para mí es el súper regalo, es el lazo de la profesión.
Imagina, si yo noto lo necesario que puede ser hacer reír a las personas en un teatro o en la calle, en unas fiestas o en una programación cultural, en un campo de refugiados la necesidad de disfrutar es como respirar. Payasos sin Fronteras acude siempre cuando ya ha pasado un tiempo de duelo, pero ,cuando llega, es un regalo. Ahí es cuando notas el poder del amor…porque hay lugares en los que a lo mejor no es posible la risa, pero sí puedes hacerles ver a esos niños o adultos que no todo el mundo es malo…
“Creo que está bien que, con nariz roja o sin ella, siempre haya un mensaje que nos deje pensando un poquito”
Hace unos años Lou Marinoff publicaba su libro “Más Platón y menos Prozac”, ¿podría Patri Coronas ser una de las exponentes de “Más humor y menos Prozac?
Sí, por favor, más humor y menos guerra, más humor y menos diferencias. Abordemos el mundo desde la mirada de un payaso. Mirémonos más a los ojos y riámonos.
Detrás del humor pueden decirse muchas verdades, puedes hacer críticas que sin la nariz roja no serían aceptadas, pero…¿te has llevado algún disgusto? En ese caso, cómo reconduces la situación…
No recuerdo tanto sentirme incómoda como querer provocar esa sensación de incomodidad. Lo hago para que el público recapacite sobre cosas. Si, por ejemplo, veo una persona mayor que quiere moverse y nadie le está ayudando, seguramente lo diré en el espectáculo. Y lo digo de tal manera que tú pienses “ostras, lo que ha dicho”…Creo que está bien que, con nariz roja o sin ella, siempre haya un mensaje que nos deje pensando un poquito.
EL RETRATO
Una nariz roja y unos zapatos gigantes, es lo único que necesita para abordar las verdades del mundo en el que vivimos. Su mirada curiosa guía sus manos que, menudas, se agitan buscando transmitir lo que todo “clown” necesita: Las pequeñas verdades cotidianas en forma de humor. Es un aire fresco, un talento explosivo que conduce a la risa y la reflexión.