Solicitan una moratoria en la instalación de nuevas granjas de porcino en Graus

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Un grupo de vecinos de Graus ha iniciado una campaña de recogida de firmas para demandar al consistorio una moratoria para nuevas instalaciones o la ampliación de las granjas de porcino ya existentes en el municipio.
En una notificación remitida a la alcaldesa grausina, la socialista Gema Betorz, los promotores de esta iniciativa reconocen que la han tomado alertados por los resultados de los análisis de la calidad de las aguas de su entorno realizados por el laboratorio de análisis y control de la contaminación ambiental Laiccona / Lasaosa Productos Químicos S. L. a partir de diversas muestras tomadas el 1 de diciembre de 2020 en nueve puntos de recogida en la zona de Torres del Obispo y del Valle del Sarrón. Estos análisis han reportado unos resultados que califican como «alarmantes» al constatar que en seis de ellos –el manantial de Pueyo de Marguillén, el barranco del Sarrón, un pozo en una finca agrícola situada a 500 metros de la planta embotelladora de Aguas de Ribagorza, el barranco de Santo Domingo a 700 metros de la citada embotelladora, el barranco de La Puebla del Mon y el manantial del Güello, en Torres del Obispo- el agua resulta no apta para el consumo humano por superar los niveles máximos de nitratos y de bacterias fecales permitidos.
Sostienen los vecinos que estos resultados implican que las aguas de estas fuentes o manantiales no solo no son potables para personas y para los animales, sino que incluso su uso en cultivos agrícolas de tipo hortícola exigiría tratar posteriormente los frutos para que pudieran ser consumidos con seguridad.
En su escrito a la alcaldía sostienen que estos análisis no dejan lugar a dudas sobre el origen de la contaminación «pues –apuntan- semejantes niveles de bacterias de origen fecal en un amplio territorio escasamente poblado solo pueden atribuirse a la gran carga de purines de la ganadería industrial porcina que soporta nuestro entorno». De hecho, sostienen que el foco contaminante ha de ser «necesariamente» muy potente pues en uno de los análisis realizados se ha detectado contaminación a 330 metros de profundidad.
Y recuerdan que de no haberse mejorado en 2016 el suministro de agua a los núcleos de Pueyo de Marguillén y La Puebla del Mon, estas localidades (cuyos vecinos ya se opusieron mayoritariamente por entonces a la instalación en sus inmediaciones de una explotación porcina intensiva sobre el Barranco de El Cepillo) no contarían ahora con agua potable ya que el pozo de abastecimiento de Torres del Obispo, desde donde ahora se abastecen, es uno de los pocos puntos muestreados que aún cuentan con agua apta para el consumo humano.
Los demandantes recuerdan que los resultados de estos análisis se suman a los obtenidos en los realizados por el colectivo ciudadano SOS Ribagorza en el entorno de la villa de Graus que fueron conocidos el pasado mes de marzo y que alertaban de que las aguas de las fuentes de Regrustán, Pallarol, La Nora, Gambón, de la Teja y Betorz superaban ampliamente los niveles máximos de nitratos para el agua de boca (en diez veces en el caso de la Fuente Betorz). Y que incluso en un lugar tan simbólico para la comarca ribagorzana como la fuente de San Medardo, en Benabarre, se ha constatado que el agua supera en cinco veces los niveles máximos de nitratos «resultando, por tanto, no apta para el consumo humano».
Una situación, entienden, «a todas luces alarmante», máxime teniendo en cuenta que ya en julio de 2019 el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón declaraba zonas vulnerables por nitratos los municipios de Lascuarre, Capella, Graus, La Puebla de Castro y Secastilla tras los datos recogidos por la CHE en las masas de aguas de sus términos municipales, «que se encontraron ya afectadas por la contaminación o en serio riesgo de acabar estándolo». A ello se añaden los repetidos episodios de contaminación de las aguas de los ríos Ésera e Isábena por posibles vertidos incontrolados. En este sentido, cabe recordar que la población de Laguarres tuvo que abastecerse con cubas durante tres meses en la pasada primavera por contaminación debida a nitratos.
La posibilidad de que la contaminación de acuíferos cercanos pueda poner en peligro la próxima reapertura de la planta embotelladora de Aguas de Ribagorza «y, con ello, de los numerosos y necesarios puestos de trabajo que ofrecería» o el peligro de que esta contaminación se pueda extender a las aguas del embalse de Barasona, «lo que -consideran los demandantes- supondría un desastre económico para el turismo en los municipios de Graus y La Puebla de Castro», además de afectar la toma de agua de este último municipio, son otras de las razones esgrimidas por quienes demandan que se establezca en la Baja Ribagorza una moratoria para el incremento de la cabaña porcina por un tiempo de, al menos, trece años que es el que se estima que tarda en recargarse el acuífero afectado.
Así mismo, los vecinos demandantes piden al ayuntamiento de Graus que, con carácter urgente, lleve a cabo una investigación en profundidad de las causas y origen de la contaminación detectada, proceda a paralizar los expedientes en marcha de nuevas explotaciones o de ampliación de explotaciones ganaderas intensivas o industriales.

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