Cuando todo hacía presagiar que nos esperaría un verano difícil como el año pasado, las restricciones por el COVID se aliviaron y la Asociación Juvenil Barasona pudo lanzar su oferta de actividades para el verano. Una oferta sin precedentes en la Casa de Monzón pero que se afrontó con especial ilusión, trabajo y mucho mimo, cuidando hasta el último detalle y que quería servir a su vez como un reconocimiento a la labor de la Comunidad Salesiana en Monzón.

Las MAÑANAS DE VERANO, fue la alternativa que en julio de 2020 planteó el equipo de animadores debido a la situación sanitaria. Debido a la gran respuesta de las familias, este año no dudaron en volver a ofrecer esta actividad, donde semanalmente se han reunido alrededor de 45 niños y niñas de Monzón y pueblos cercanos. Con semanas temáticas diferentes, los voluntarios y voluntarias acompañaban a los menores a través de grandes juegos, dinámicas, momentos de grupo reflexivos, deportes y talleres manuales en un itinerario semanal que finalizaba con la actividad SOMOS UNO y que nos ha permitido conocer la labor de: Policía Local, El Arca de Santi (protectora de animales), Cruz Roja y Bomberos de la Diputación Provincial. 

También han podido disfrutar de excursiones cercanas conociendo un poco más el entorno natural que tenemos en Monzón y, como no podía ser de otra manera, se han refrescado con la fiesta de la espuma, que han podido compartir con los niños y niñas del proyecto socioeducativo de Cáritas Diocesana Barbastro-Monzón. 

No obstante, no cabe duda de que la actividad estrella para la Asociación juvenil Barasona han sido las COLONIAS DE VERANO. Han sido cuatro turnos semanales en la Casa de Colonias de San José, en el paraje del Congosto de Olvena. Comenzando por el grupo de adolescentes, donde las actividades de aventura toman especial relevancia, y continuando con tres turnos con participantes entre los 7 y 12 años, este verano la Casa de Barasona ha vuelto a escuchar las risas, los gritos, la música, los secretos compartidos y las mochilas cargadas de recuerdos y energía para afrontar un nuevo curso. 

Ha sido un mes de julio muy gratificante para la veintena de animadores y animadoras voluntarias, así como el equipo de intendencia y cocina, que han estado día a día llevando adelante estas dos propuestas. Un gran esfuerzo que han realizado para mantener todas las medidas higiénico- sanitarias necesarias y que han permitido disfrutar a alrededor de 350 menores de Monzón y alrededores. 

No cabe duda de que la mascarilla ha vuelto a ser la estrella del verano, pero la sonrisa se nota en los ojos y en las palabras agradecidas, esas ganas irrefrenables de un abrazo que no se puede negar y, sobre todo, en la inmensa confianza que han depositado las familias en el equipo de voluntarios y voluntarias y en la Comunidad Salesiana, que un año más han podido ofrecer un “verano salesiano, un verano para soñar”.

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