La Asoziazión de Nabaters d’a Galliguera y la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos anuncian con satisfacción que el pasado sábado 26 de abril se celebró el descenso de nabatas por el río Gállego, una tradición ancestral que continúa viva en la comarca.
Inicialmente prevista para el 20 de abril, la bajada tuvo que ser aplazada debido al excesivo caudal del río, que ponía en riesgo a los nabateros y nabateras. La seguridad fue, como siempre, una prioridad absoluta.
La jornada comenzó con una explicación sobre la construcción de las nabatas, acercando a los asistentes a las técnicas tradicionales de ensamblaje de troncos, utilizadas durante siglos para transportar madera por los ríos. En esta edición participaron dos nabatas: una de dos trampos con dos remos, y otra de tres trampos con cuatro remos, acompañadas en su descenso por varios kayaks y los bomberos de las Diputaciones provinciales de Huesca y Zaragoza que ejercieron la seguridad del descenso.
Gracias al todavía alto caudal del río, el descenso fue rápido y espectacular, ofreciendo momentos de gran emoción tanto para los participantes como para el numeroso público congregado. Durante la travesía, se vivieron dos pequeños incidentes sin consecuencias: una de las piedras conocidas como «lloronas» (piedras cubiertas por una fina capa de agua que dificulta su visibilidad y suponen un gran peligro) golpeó un remo, provocando la caída de dos nabateros sobre la nabata, uno de los cuales cayó brevemente al agua, reincorporándose rápidamente; además, un nabatero de la nabata más pequeña estuvo a punto de caer al perder el equilibrio en uno de los rápidos y siendo sostenido en la nabata en el último momento por otro compañero.
Los pasos más complicados, como el puen de Morillo y el tramo de «la lavadora», fueron superados con gran pericia y habilidad. La llegada al Puen de Fierro en Santolaria de Galligo fue especialmente emotiva, con el público aplaudiendo calurosamente a los nabateros y nabateras.
Este año, además, se incorporó a la cuadrilla un nuevo joven nabatero, Nico Echegaray, quien contribuyó con entusiasmo a mantener viva esta tradición, reconocida como Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Aragón y como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
La jornada concluyó con una comida popular en Biscarrués, en la que se celebró no solo el éxito del descenso, sino también el espíritu de las Jornadas del río Gállego, uniendo tradición, cultura y convivencia.
Desde la Asoziazión de Nabaters d’a Galliguera y la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos, queremos agradecer su presencia a todos los asistentes y reiterar nuestro compromiso de seguir preservando y difundiendo esta tradición única de nuestras tierras.

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