Los turistas pasean por las calles con la ilusión de descubrir si las hermosas palabras de los folletos se corresponden con la realidad. Los habituales pululan de un lugar a otro sin entrar en detalles. Y entre el trasiego cotidiano, el paisaje urbano cambia. En Barbastro, un mural con el nombre de una mujer: Hazna. En Monzón, recuerdan a Rokhaya. Ambas murieron precipitadamente, cuando no les tocaba, asesinadas por su exparejas.
El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y en VIVIR hemos hablamos con las coordinadoras de los Servicios Sociales de Base de las comarcas de Somontano (Clara Villacampa), Cinca Medio (Yolanda Encinas) y La Litera (Berta Guillén) sobre este tema.
En los Servicios Sociales prestan atención a la mujer con asesorías e información de tipo legal, psicológico, recursos y ayudas. Un apoyo y un acompañamiento disponible para todas, víctimas o no, de la violencia familiar.
En cuanto a la violencia de género, la primera bofetada la da la tremenda complejidad del tema. Implicaciones psicológicas, afectivas, económicas, sociales… “Nuestra labor consiste en acompañar a la mujer en todo momento, en informar acerca de temas legales, de tramitación de ayudas, prestaciones, en proporcionar apoyo psicológico… pero siempre sin forzar. En toda circunstancia debe ser ella quien se dé cuenta de su situación y decida salir”, explican. “Por tanto, procuramos establecer un buen vínculo para que la mujer sepa que estamos ahí. No la juzgamos”.
El Servicio Social de Base recibe la información que les llega desde las líneas de teléfono 900 504 405 del Instituto Aragonés de la Mujer y el 016 (gratuitos y que no dejan registro). Estas llamadas de socorro no implican, por si, denuncia del agresor pero abren la puerta a recibir apoyo.
Por otro lado, en caso de que una mujer interponga una denuncia ante la Guardia Civil se activará el protocolo.
El caso más extremo, cuando la víctima acuda a un centro sanitario por lesiones físicas y ante la evidencia, Sanidad también activará el protocolo.
Todas estas vías acaban en el Servicio Social de Base. Pero existe un número importante de mujeres que acuden a estos servicios a preguntar `¿y qué pasa si me separo? o bien con las cuales ya trabajan los servicios sociales por otros temas.
“En estos casos y después de algunas entrevistas en profundidad, desde el Servicio Social sospechamos o detectamos una situación de maltrato. Pero será ella quien tome conciencia y quien decida qué hacer en cada momento. Porque muchas, al llegar aquí, desconocen que viven envueltas en una relación tóxica”, apuntan.
Encinas recalca, “la denuncia siempre debe tramitarse de forma presencial y junto a un abogado que se le proporciona. Además, conlleva consecuencias que ella debe conocer”. “Pero no todos los casos de maltrato acaban en denuncia-ni en divorcio-apunta Guillén. Se presentan casos diversos y las hay que vuelven con el maltratador. De todos modos, nosotros seguimos ahí, no desaparecemos por si la mujer nos necesita”.
La violencia presenta caras múltiples. La más incontestable, por supuesto, la encontramos en la física, pero en la mayoría de las parejas se constata violencia psicológica. Esta se pone de manifiesto en los desprecios, faltas de respeto, control en el vestir, de sus relaciones de amistad y familiares… También a través del dinero.
Y, ¿qué ocurre cuándo se decide denunciar?. Se activan los recursos y se traslada a la mujer a un alojamiento de emergencia si fuera necesario.
“Tras la denuncia, como en todo, vamos caso por caso, no podemos generalizar algunos acabarán en separación, otros no” explica Guillén.
Hijos, vivienda, trabajo… Por lo que respecta a la vivienda sí existen alojamientos temporales. En el caso del Somontano para pasar una o dos noches. En el caso de Cinca Medio o La Litera para estancias más largas. “De cualquier forma-puntualiza Villacampa-lo ideal sería que la mujer permaneciera en casa y en su población. Verse obligada a cambiar de vivienda o de lugar de residencia la victimiza. Por supuesto, si la vida corre peligro, no queda más remedio que mudarse”.
En estos momentos, existen ayudas, leyes pero por ejemplo, el Ingreso Mínimo Vital sólo se concede en situación de desempleo. “Si se trabaja a media jornada, algo común en las madres, ya no sirve”, explican desde el Somontano. También existen ayudas al alquiler del Gobierno de Aragón, no obstante, sólo se tramitan en un plazo determinado. Para Encinas: “hacen falta más recursos. Está contemplado por ley, se recoge el derecho pero no se acaba de dotar y si el tema económico y la vivienda no está atado, no va a denunciar”.
En la lucha contra la violencia se encuentran implicados los Servicios Sociales de Base de las Comarcas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Guardia Civil y Policías Locales), Justicia, Salud, Educación, Subdelegación del Gobierno, IAM. Todos ellos, se reúnen de forma periódica en mesas de seguimiento para revisar su funcionamiento y coordinación. “En los sitios pequeños, como estos, funcionamos bastante bien” señala Villacampa; opinión que comparten Guillén y Encinas.
DATOS
El Servicio de Atención a la Mujer dentro de los Servicios Sociales se encuentra presente en las tres comarcas y se ocupan de temas de orientación, ayudas a las mujeres.
En La Litera, (hasta octubre de 2021) han atendido 32 partes de violencia que llegaron por llamadas telefónicas; de ellos, 12 acabaron en denuncia. En el Servicio de Atención a la Mujer (incluye todas las personas atendidas) acuden a la psicóloga 47 mujeres (29 nuevos casos de 2021). Registran 34 víctimas de maltrato (30 de maltrato psicológico). “Predomina la nacionalidad española, pero en una comarca con un porcentaje de población extranjera importante venimos observando que las mujeres de procedencia subsahariana están tomando más conciencia aunque, muy pocas se atreven a denunciar” apunta Guillén.
El total de mujeres del Somontano que han recurrido a su asesoría social es de 59. Con 32 mujeres como víctimas de violencia. En Cinca Medio, en ese mismo periodo de tiempo, atendieron a 77 mujeres por violencia de género de ellos 51 nuevos casos.
LOS JÓVENES
En cuanto a la gente joven, (18-25 años) en las tres comarcas señalan una creciente preocupación en este segmento de edad. Desde Litera, afirman que les cuesta llegar a este colectivo. “Debemos buscar nuevas formas. Por una parte, rechazan el término `violencia de género´. Se trabaja mejor cuando hablamos de igualdad y, por otra parte, las nuevas tecnologías han permitido que afloren otros tipos de violencia, sobre todo el control. En las jóvenes partimos de la premisa de que ellas se ven a sí mismas lejos de que puedan vivir una relación así. Como si no fuera con ellas”. El novio la llama diez veces… y la joven piensa cuánto la quiere. El novio revisa el whatsapp de la chica… no te pongas esto… no veas a este amigo… y no pasa nada. Actitudes que se están detectando. “Vemos en los jóvenes un retroceso-apuntan en Cinca Medio-se ejerce una violencia psicológica (control, micromachismos) y a las chicas les cuesta ver que la relación no es igualitaria”.
Por su parte en el Somontano, Villacampa señala que algunos expertos ponen el foco en las nuevas tecnologías y en el fácil acceso a la pornografía desde edades muy tempranas.“La pornografía resulta altamente perjudicial porque conlleva cosificación y violencia. Pero también podemos hablar de algunas de las músicas de hoy en día, son múltiples detalles. El tema presenta también gran complejidad de ahí la importancia de la educación”.
EL HOMBRE
Otro aspecto es la situación del maltratador. Para ellos, y de forma voluntaria, si un hombre lo desea puede acudir al Servicio de Atención a Hombres del IAM para trabajar ahí su problema de control de la violencia. “Este servicio, que se suprimió hace un tiempo, se ha vuelto a activar. Es de carácter absolutamente voluntario, no se llega a él por orden judicial” explica Villacampa.