El obispo Ángel Pérez expone los retos de su `negocio´ante las empresarias de la provincia de Huesca

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Sopresa por ambas partes cuando una persona sugirió a la Asociación de Empresarias de la Provincia de Huesca (AMEPHU) invitar al obispo de la diócesis Barbastro-Monzón, Ángel Pérez como ponente de un desayuno. Ambos aceptaron: obispo y empresarias. Y él habló de valores y del servicio al otro como la cima y el norte que debe guiar nuestra tarea, en cualquier ámbito. «Sólo sirviendo se es significativo y esto sucede cuando uno hace más de lo que el otro espera».

Así que personas vinculadas a diferentes ámbitos de la sociedad se reunieron para escuchar los retos de esa empresa llamada Obispado. Ángel Pérez es bien conocido por sus dotes comunicativas y su cercanía como destacó el corresponsal del Diario del Altoaragón, Ángel Huguet, quien ejerció de presentador. Expuso el panorama de la Iglesia en nuestra tierra:» sacerdotes envejecidos, disminución de su relevancia social, falta de vocaciones. Un panorama como para decir: el último que apague al luz». Sin embargo, nada más lejos de su   esperanza y su cometido. «Dios no hace basura y tenemos la mejor noticia de todas: el amor de Dios. En este país se suicidan 3.910 jóvenes al año… algo anda mal».

En cuanto a su empresa ha simplificado su estructura reduciendo los arciprestazgos de la diócesis de seis a cuatro e involucrando a seglares en tareas pastorales y de acompañamientos. Son los denominados animadores de la comunidad (56 personas). Y, además, contando con la colaboración de otras iglesias (en este caso de Hispoanoamérica) que `prestan´sacerdotes por un periodo de tres años prorrogable sólo una vez. «Son parches y en la iglesia no todo lo tienen que hacer los sacerdotes» afirmó.

En cuanto al liderazgo, aseguró que «sólo vale el liderazgo moral. Bajar a la arena y tratar al otro como persona. Y esto resulta válido para cualquier empresa. Hacer a la gente partícipe, que se sientan involucrados y trabajar en equipo. Solos vamos más deprisa, pero juntos llegamos más lejos. No debemos imponernos a nadie» afirmó. Salteó su intervención con reflexiones de Steve Jobs (empresario fundador de Apple) y Albert Einstein (físico) o un encuentro suyo con Teresa de Calcuta. En ellas dejó patente que el principal activo de cualquier grupo o tarea son las personas.

La diócesis cuenta con 70 mil kilómetros cuadrados, población muy envejecida y más de 300 núcleos habitados. De todos ellos sólo de faltan 34 por visitar. «Desde que estoy aquí hago más de 40 mil kilómetros al año. Eso dice el cuentakilómetros. Si fuera una empresa normal sólo me dedicaría a Boltaña, Aínsa, Benasque, Graus, Barbastro, Monzón, Binéfar, Fraga, Tamarite… las de más población, pero mis sacerdotes dirían ¿y cómo vamos a dejar a los de los pueblos pequeños, a los muchos ancianos que viven ahí… y tienen toda la razón. Por eso hay que idear cosas nuevas».

Una de sus iniciativas con mas éxito lo está cosechando entre los jóvenes. «La Iglesia y los jóvenes viven muy alejados y hay que trabajar para reengancharlos».

En medio de toda esta reflexión hubo tiempo para las sorpresas y los regalos. Obsequió con unos pendientes a la presidenta de las mujeres empresarias Carmen Fernández y a la técnico que organizó el evento y con un colgante de un crismón a quien cumpliera años el mismo día que él: 18 de agosto y entre las presentes, sí había una tocaya de cumpleaños.

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