Por Lola Gª Casanova.

 

El najino Guillermo Ezquerra, 60 años, va a participar este domingo 3 de julio en el campeonato de Aragón de btt que se celebra en Teruel y es el favorito porque el año pasado en máster 50 quedó subcampeón siendo el más mayor de los que competían. Hablamos con él del deporte en la edad de oro.

 

Se subió a una bicicleta hace 15 años y desde entonces es un fijo de la Quebrantahuesos.
-Sí, el primer año no llevaba ni la bicicleta adecuada, ni la preparación suficiente. Sufrí muchísimo pero crucé la meta por no defraudar a mi mujer, a mis hijos que me habían acompañado y a los amigos de Lanaja con los que aquel año nos aventuramos en la Quebrantahuesos. Ahora llego cansado… pero no muerto y siempre hago el mismo tiempo entre las 6 horas 35 minutos y las 6.44. Curioso, ¿no? Es que soy muy disciplinado. Este año resultó muy duro por la lluvia y el frío y sin embargo, acabé el 445 de 8.000.

 

-A pesar del desprendimiento de retina que sufrió en agosto de 2015.
-He estado cinco meses sin poder moverme, me han operado tres veces. Pero cuando el médico me informó en enero que ya podía volver a coger la bici me levanté y le di un abrazo. Él creo que no lo entendió.

 

-Con tanto tiempo de inactividad, la forma física se resiente.
-He pasado bastante hambre la verdad, no quería coger peso. Gané un poquito, pero en cuanto volví a rodar, se fueron enseguida.

 

-Cambió las botas de fútbol por las dos ruedas debido a una lesión.
-Jugaba a fútbol desde los 15 años. Empecé en el Club Parroquial, el cura de Lanaja falsificó las fichas para que Armando Borraz (el actual alcalde) y yo pudiéramos jugar puesto que no se permitía hasta los 16 años. Y ya fútbol en el equipo de Lanaja y carreras hasta que la rodilla dijo basta y el doctor me recomendó bicicleta o natación y como soy de secano…

-Y no pensó en decir hasta aquí.
-No. Siempre he practicado deporte, me apasiona, lo necesito como válvula de escape. Yo no entiendo a quienes dicen que no tienen tiempo. Yo trabajo 8 ó 10 horas y aún así salgo cinco veces a la semana con la bici y tengo familia.

 

-¿Cómo lo vive su mujer?
-De forma maravillosa. Vamos a cumplir 30 años de casados y sin su comprensión y apoyo no sería posible.

 

-Fútbol, ciclismo, ¿qué destaca de este último?
-El ambiente es muy sano. Existen los piques, sin embargo se hacen muchos amigos, un deporte con un gran compañerismo. En el fútbol ¡uf!, hay insulto tras insulto y eso nunca lo he llegado a entender.

A mí me satisface que a cualquier sitio al que voy a competir me conozcan. “El maño” me llaman. Además marco registros de gente que tiene 20 años menos y como suelo estar con gente más joven, te rejuveneces.

 

– En su categoría de máster 60 no hay muchos compitiendo, ¿qué opina?
-Casi no participa nadie. Una pena porque se disfruta de un ambiente muy bonito, se hacen amigos, te mantienes en forma. No hay que tener miedo a quedar el último, nadie queda mal. Uno compite contra uno mismo, no contra el otro. Alguno me dice que estoy un poco loco o demasiado delgado… pero yo me encuentro fenomenal y hasta el desprendimiento de retina no conocía a mi médico de cabecera.

 

-Pero usted podría salir en bici como aficionado sin necesidad de competir.
-Soy muy competitivo, lo he sido siempre. Competitivo y disciplinado. El deporte es constancia y esfuerzo. Yo compito por la ilusión de mejorar, de marcarse metas y sin retos resulta muy difícil progresar porque uno compite contra sí, no contra los demás. Cuando veo que un corredor de la Quebrantahuesos llega a meta con un tiempo de 10 horas y levanta los brazos y lo ves exultante y satisfecho, yo lo entiendo. Es su logro.

 

 

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