El 12 de abril de 2014, uno de los mejores ex –reporteros de guerra, productor, escritor y director de documentales recogía en Boltaña el Premio Espiello Rechira al mejor trabajo de investigación con el documental Quiero ser Messi (2013). De esta forma, en el Festival Internacional de Documental Etnográfico de Sobrarbe, Espiello, Hernán conquistaba su primer premio como documentalista. Siete años después, y concretamente el próximo fin de semana, Hernán Zin regresa emocionado a Boltaña (Huesca) para recibir la máxima distinción honorífica con la que el festival reconoce una trayectoria profesional, la Siñal d’onor Espiello 2021. Hernán Zin se convierte así en la persona más joven en conquistar este galardón en los 18 años de historia del festival altoaragonés.

“Regresar a Espiello para recibir la Siñal d’onor es todo un lujo, un honor, es como cerrar un círculo  y tiene como su sentido” reconoce ilusionado Hernán Zin, que viajará hasta tierras sobrarbenses en su autocaravana, recién aterrizado de Dubai, donde su productora Doc Land Films abre una nueva sede, que se suma a las de Madrid, Los Ángeles y Sao Paulo.

Si en Espiello conquistó el primer premio como documentalista de su fructífera y laureada carrera en este género, en esta ocasión recibe el primer homenaje a su trayectoria profesional, todo un hito teniendo en cuenta su juventud y la expectativa de un recorrido plagado de proyectos que tiene por delante. Este argentino, afincado en España desde la década de los años 90, agradece este reconocimiento  a su experiencia con la cámara al hombro, primero grabando todo tipo de conflictos bélicos en África, América Latina y Asia durante dos décadas y después como documentalista, siempre con un hilo conductor común, dar voz a la gente que no se escucha. “Cuento historias humanas y que narran la verdad”.

Al preguntarle por su documental favorito, no duda al decantarse por Morir para contar (2018), pero al indagar cuál ha resultado el trabajo más difícil de su carrera, no tiene ninguna duda: 2020, el documental que grabó sobre la covid-19 en Madrid durante tres meses, trabajando 15 horas al día, “sin duda, un documental histórico y único”.  Hernán Zin confiesa que “2020 ha sido el documental más difícil que he rodado en mi vida. Fue más problemático acceder a las UCIs de  los hospitales de Madrid que entrar en Gaza. Fuimos los únicos. Sentí que tenía que hacerlo”. Hernán Zin quería dar voz a las terribles cifras que este virus dejaba y humanizarlas, poniéndoles nombres y rostros a los sanitarios, a los ancianos, a los familiares que no se han podido despedir de sus seres queridos. No he visto ninguna guerra con 1.000 muertos diarios como sucedía en España hace un año”. Ha retratado la pandemia desde las UCIs, controles policiales, ambulancias, funerarias, residencias… ”He llorado, me he cabreado mucho, me he sentido triste y qué duda cabe de que a nivel emocional me ha afectado, porque si no te afecta es sinónimo de que no estás haciendo bien tu trabajo. Si no empatizas con el otro, se nota y resulta complicado realizar un trabajo periodístico. Desde luego, 2020 es un retrato emocional, que es lo que yo sé hacer”.

Hernán Zin espera que “aprendamos de esta crisis sanitaria y humanitaria; es una llamada de atención. La covid-19 es una oportunidad para evolucionar como especie. Si no cambiamos la forma de vivir y consumir habrá otras pandemias, tal y como predijo Bill Gates para dentro de 2 años; el planeta tiene anticuerpos. En este año tan duro, la pandemia nos deja lecciones para aprender como sociedad y como personas. Tenemos que respetar la naturaleza; no podemos seguir destruyéndola”.

Nacido en Siria, 10 años con Bebe, Nacido en Gaza, Lucha de gigantes, Morir para contar o 2020 son algunos de los títulos de los documentales más conocidos de Hernán Zin. 

El principal objetivo de su carrera no es otro que amplificar la voz de los más vulnerables tendiendo puentes de empatía. “Sé contar historias de gente que está luchando, pero no olvidemos que todos somos parte de una misma historia. Todos estamos en el mismo barco y todos somos responsables. Desde 1994 mi late motiv ha sido el compromiso con la gente que no ha tenido la suerte de nacer en esta parte del mundo”.

Y de Morir para contar ¿qué puede contar su director? Pues que es su documental favorito porque supuso “mi despedida de las guerras por cuestión de salud mental”. En este audiovisual, Hernán Zin entrevista a otros reporteros de guerra y les pregunta por sus traumas, sus miedos. Nombres como Gervasio Sánchez, Jon Sistiaga se abren para compartir sus peores pesadillas, similares a las que llevaron a este laureado documentalista a abandonar en 2012 su trabajo de 20 años de reportero de guerra. Afganistán cambió la vida de Hernán Zin para siempre y se reinventó.

Hay muchos proyectos en marcha, de los que no puede adelantar nada, aunque se refiere a uno, La residencia, con el que pretende reivindicar y destacar la importancia de las personas mayores en nuestra sociedad.  No sabe cuándo, pero tiene claro que en algún momento abordará “la vuelta a lo analógico, el regreso a la naturaleza. Tenemos que plantearnos y reaccionar ante las redes sociales, levantar la cabeza del móvil y mirar al mundo”.

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