Fernando Escanilla y José Ignacio Gimeno, ambos ingenieros técnicos agrícolas, se conocieron hace 17 años y en 2007 crearon Jalea de Luz en Monegrillo. Con Jalea de Luz se dedican a la apicultura tradicional, pero su proyecto no se acaba en lo económico. Juntos impulsan la Asociación Apimys “Almeta Alba” vinculada a la integración de personas con discapacidades varias así como a la realización de actividades vinculadas con la naturaleza. Desde Ceder Monegros recibieron una ayuda Leader para Jalea de Luz. Escanilla nos explica el proyecto.

– ¿Por qué escogieron Monegrillo?

-Mi socio, José Ignacio, ya se dedicada a la apicultura en Monegrillo de donde es natural. Ubicado en pleno «Desierto de Monegros» cuenta con la ventaja de la singularidad de su paisaje, poseyendo una estepa única y, además, nos interesaba su proximidad a Zaragoza. Nos permite trabajar a gusto, que para nosotros resulta crucial y, a la vez, atender otras facetas. Además de la empresa hemos impulsado la asociación sin ánimo de lucro `Almeta Alba´ que pretende el desarrollo social y medioambiental, sobre todo con personas con discapacidad intelectual. En nuestro caso todo va unido: nuestro trabajo, nuestras aficiones, nuestro interés por la discapacidad. Se trata de un proyecto de vida de forma ética y sostenible que impregna todo lo que realizamos.

-Pero una empresa en un pueblo pequeño trae inconvenientes.

-Una desventaja de la zona rural lo vemos en las comunicaciones-también de internet- a veces deficientes y en el sobrecoste de las inversiones. Las inversiones en un pueblo se devalúan mucho más que si se ubicaran en una ciudad. Además, hay que hablar de falta de apoyo a nivel de divulgación o publicidad.

-Etiquetan su miel como “cruda”, ¿qué significa?

-Se trata de un término común en el mercado anglosajón pero bastante desconocido en España. Aquí, por tradición se habla de miel natural. Una miel cruda nos remite a un producto que no ha sufrido ningún proceso de transformación y el mínimo manejo posible desde la colmena hasta el paladar del consumidor. Certifica una calidad incuestionable, si alguna miel aporta beneficios para el ser humano, es la miel cruda.

-Obtuvieron una ayuda del Ceder Monegros, ¿a qué la destinaron?

-Hemos llevado a cabo un esfuerzo titánico para reorientar el negocio. En Jalea de Luz hemos puesto en marcha un centro de multienvasado con tres salas: envasado, laboratorio y sala polivalente. Esto nos permite enseñar al público cómo se maneja la miel, realizar catas, talleres… con lo que mejoramos la atención a empresas y las visitas en general.

De forma global estamos contentos con la ayuda y el trato del Ceder, pero esto no obvia el esfuerzo económico y burocrático. Para una empresa pequeña, familiar como nosotros ha resultado terriblemente denso. Existe una fatiga moral importante.

-Además de sus mieles comercializan otros productos como propóleos, cosmética o velas de cera de abejas. ¿Exportan?

-En 2017 comenzamos una nueva línea de productos con el propóleo tanto a nivel alimentario como de cosmética natural BIO. La exportación supone un desafío. Somos conscientes de que nuestro producto se valora más fuera de España que aquí. No obstante, para una empresa familiar como la nuestra, exportar resulta complicado por el esfuerzo y la falta de apoyo. Nosotros elaboramos una miel de excepcional calidad y en el mercado español existen reticencias para pagar su precio.

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