Corcuera recibe la Siñal D’onor en Espiello 2022, el máximo galardón que otorga el Festival internacional de documental etnográfico de Sobrarbe, en reconocimiento a su trayectoria como cineasta, a su aportación al género documental y a su compromiso social.
Creció en casa de un poeta, entre pintores, escritores y músicos. ¿Eso influyó y le condujo a esta profesión o habría llegado al cine por cualquier otro camino?
Supongo que influyó porque crecí de niño en la casa familiar donde nos visitaban muchos artistas y es verdad que de niño recibí un juguete, un cinexin que era un pequeño proyector que me enviaron de España y me acuerdo que eso marcó mi vocación y luego me enteré que ese juguete marcó la vocación de muchas personas que luego se dedicaron al cine.
Desde sus comienzos hasta ahora, ¿cómo valora la evolución de sus documentales?
En realidad yo me he ido enamorando del género cada vez más. Cuando empecé a hacer películas descubrí el documental, empecé a aprender a hacer películas con la realidad y con el tiempo he ido tomando más seguridad y aprendiendo a enfrentar esa realidad, aunque siempre las películas documentales son un misterio. Depende del momento, de cómo te entregas a la realidad, a los personajes, Creo que a pesar de la experiencia, siempre hay un vértigo cuando empiezas, como si fuera la primera vez.
Se muestra encantado de volver Espiello, donde ya estuvo en el año 2014 con su trabajo “Sigo siendo”Kachkaniraqmi” e impartiendo un seminario sobre el proceso de creación de una película documental. Recuerda con cariño su visita anterior y demuestra la ilusión que le hace recoger este premio, la Siñal d’onor y estar aquí, en el festival de Sobrarbe
Sobre su trabajo, dice que “Todo parte de una pregunta”…
Una película intenta ser una respuesta a una pregunta y el resultado final es esa respuesta que te da la realidad y es la relación entre quien hizo la película con los personajes de la historia. Todavía hay muchas cosas que preguntarse y muchas historias que contar. Cada vez se hace más documental y hay más documentalistas y el género esta en un buen momento, a pesar de las dificultades de financiación, pero creo que no se está parando de rodar y se están haciendo muchas preguntas y muchas películas.
Hay preguntas delicadas y molestas pero hay que hacerlas, como por ejemplo, ¿cómo podemos estar en una guerra en un años 2002, cosas que son perfectamente evitables?.
De todos sus protagonistas e historias, ¿con cuáles se queda?
De las películas que he rodado y he vivido con ellas, todo ha sido momento único y especial y generalmente uno está muy entusiasmado con lo último que hace, pero al mirar atrás, ves que todo ha sido importante porque más allá del resultado, las películas documentales son momentos de tu vida que no ibas a vivir si no hubieras hecho la película, porque no hubieras estado en esos sitios ni habrías conocido a esas personas.
He intentado hacer todo lo que he podido pero hay cosas que me gustaría contar todavía, pero son tantas……..
A quien no conoce el trabajo de Corcuera, le invita a conocerle a través de sus documentales en orden de realización y realmente es una muy buena propuesta para acercarse a la amplia y variada producción de este director peruano que ha reforzado sus lazos con Espiello con la entrega de la Siñal D’onor
Ha mencionado la guerra, estamos saliendo de una pandemia… ¿Esto se verá reflejado en sus próximo proyectos?
Estoy con varios proyectos que me gustaría hacer y tengo varios que estoy intentando mover, me suelo tomar con tranquilidad la elección de una película, depende de poder hacerla realidad, que exista una producción que la haga posible…e n este momento estoy pensándolo bien para ver cuál de todas las historia que tengo por ahí dando vueltas me atrevo a hacer y cuál es real para levantar una producción.
Y es que si algo caracteriza el trabajo de Javier Corcuera es su mirada honesta, tranquila coherente, curiosa respetuosa y rigurosa con la que cuenta sus historias. Historias que tienen detrás un gran trabajo de investigación y una inmejorable elección de sus protagonistas.