Por Meritxell Laso
Nombre: Javier Rodes Sillué
Edad: 30
Localidad: Mequinenza
Color: Naranja
Canción: Waitin’ on a sunny day, Bruce Springsteen
Película: Cantando bajo la lluvia (Gene Kelly y Stanley Donen)
Lugar favorito: Mequinenza
Personaje favorito: Alfred Hitchcock
¿Quién es Javi Rodes? Cuéntanos un poco sobre ti, que estudiaste, que haces en tu día a día,…
Estudié Cine y Televisión en Barcelona e hice el Máster en Gestión Cultural, además de trabajar en diferentes productoras e instituciones culturales. En la actualidad me dedico a la gestión cultural y desde 2016 soy también el director del Mequinenza International Film Festival.
¿Cómo nace el Festival de cine en Mequinenza?
El Mequinenza International Film Festival, o el MIFF como lo conoce todo el mundo, surge después de recorrer varios festivales de cine nacionales e internacionales con diferentes proyectos y fruto también de mi experiencia profesional. Me pareció que podía encajar en mi localidad e hice la propuesta al Ayuntamiento de Mequinenza. Rápidamente aceptaron y poco a poco convertimos aquel proyecto en una realidad.
Quisimos que no fuera un festival más, sino que tuviera un marcado carácter internacional. Por ello decidimos que todas las producciones que se proyectan tuvieran vinculación con el agua, un elemento que es muy universal y de gran valor artístico. En Mequinenza, el agua y en especial sus tres ríos que en ella confluyen, han significado mucho: la navegación tradicional de los llauts, los embalses y la desaparición del Pueblo Viejo, la pesca deportiva, el turismo activo… Mequinenza está ligada al agua y ese vínculo simbólico e histórico se mantiene vivo también en el MIFF.
¿Cómo se organiza un Festival de cine en una pequeña localidad del Bajo Cinca?
La organización de un festival de cine es un gran reto a muchos niveles. Muchas veces yo soy la cara visible, pero detrás está también el esfuerzo de muchas personas y de los voluntarios. Con todos ellos se puede celebrar un evento cultural que nada tiene que envidiar a otros festivales.
¿Resultó muy complicado arrancar con él? ¿Has encontrado apoyo?
La primera edición fue todo un reto tanto a nivel organizativo como de respuesta del público. Desde el Ayuntamiento de Mequinenza se ha apostado fuerte por el MIFF y todo ello ha repercutido en un festival que no ha parado de crecer, tanto en espectadores como en secciones de la programación y actividades paralelas. Cada año preparamos novedades.
La Academia del Cine Aragonés también nos ha apoyado desde la primera edición. Y en la actualidad estamos trabajando en diversas iniciativas conjuntamente con el resto de festivales y muestras de cine de Aragón.
¿Quiénes son los participantes, de donde vienen y que tipos de obras presentan?
Cada año abrimos un proceso de recepción de cortometrajes. Recibimos más de 3.000 cortometrajes de los que aproximadamente unos 30 pasan a formar parte de la Selección Oficial que puede verse durante los días del Festival en la Sala Goya.
Las obras vienen de países de todo el mundo. A parte de las producciones nacionales, es posible ver obras que vienen de prácticamente los cinco continentes. En otras ediciones han participado incluso de Irán, Chile o Japón. Cada año es diferente y ese es su gran valor. Son cortometrajes de muchísima calidad que difícilmente podemos ver si no es en un festival como este.
En cuanto al jurado, imagino que debe ser complicado convencer a los integrantes, o todo lo contrario, ¿tienes voluntarios o tienes que buscarlos?
Siempre hemos intentado que el jurado tuviera un marcado carácter profesional, con personas que trabajan, tienen experiencia y conocen a fondo el sector cinematográfico y audiovisual. Tenemos una parte de talento mequinenzano que cada año forman parte del jurado y otro que va cambiando en cada edición. Son directores, actores o equipos técnicos que invitamos al MIFF.
Ya van 7 ediciones del Festival, si hacemos una retrospectiva, ¿Qué sientes?
El MIFF se ha consolidado plenamente como un evento cultural singular e importante en Mequinenza que cierra la programación de verano. Los espectadores que acuden a las proyecciones gratuitas lo valoran muy positivamente. Por otro lado, los equipos técnicos que acuden de fuera disfrutan y quedan muy impresionados con la fantástica Sala Goya que acoge las presentaciones, con la cercanía de los espectadores y aprovechan para hacer turismo y conocer la población. Quién sabe si será la localización de algún futuro rodaje…
Son días de mucho trabajo, pero también de compartir grandes experiencias. Y todo ello hace que el MIFF se haya convertido ya en un festival cinematográfico de referencia para todo Aragón.
Y mirando hacia delante, ¿Cómo ves el festival dentro de diez años?
Estoy seguro de que el MIFF continuará creciendo y ofreciendo una programación de calidad, adaptándose a los nuevos retos que puedan surgir en el futuro. De momento, invitamos a todo el mundo a formar parte de la séptima edición que tendrá lugar del 2 al 4 de septiembre en la Sala Goya de Mequinenza.