La historia de la recuperación de Pano en la televisión suiza

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2001

 

 

La historia de la rehabilitación integral del pequeño núcleo abandonado de Pano, un exiguo caserío a los pies del castillo del mismo nombre dependiente del municipio de Graus, despierta mucho interés tanto dentro como fuera de España. Los esfuerzos de Kurt Fridez por recuperar la vida en las calles de la localidad, primero en solitario y desde hace unos años ayudado por sus hijos, ha sido objeto de numerosos reportajes en diversos periódicos y televisiones nacionales.

La última visita de un medio español que ha recibido este atípico suizo enamorado del Pre Pirineo oscense fue el pasado jueves cuando un equipo del programa de TVE “España en directo” se desplazó hasta la aldea ribagorzana para compartir jornada con su rehabilitador y rodar un reportaje que se va a emitir estos días de Semana Santa. Curiosamente, la visita del equipo televisivo español ha coincidido con la estancia en Ribagorza del camarógrafo suizo Roman Bont quien, enviado por una productora del país centroeuropeo, ha pasado una semana con la familia de Kurt Fridez grabando todo tipo de imágenes y entrevistas sobre el proyecto de reconstrucción del pueblo para la preparación de un futuro programa que está previsto que se distribuya por diferentes emisoras helvéticas.

«El resultado han sido muchas horas de conversaciones y cinco horas de cintas que habrá que sistematizar en el proceso de producción y posproducción», comenta el periodista suizo que ya el año pasado se había desplazado hasta Pano para contactar con Kurt Fridez y comenzar a conocer el proyecto de rehabilitación de Pano. Un proyecto que considera «muy interesante» y que entiende como «la obra de toda una vida» de un personaje del que piensa que tiene «unas excelentes ideas» y que las lleva a la práctica «con alegría, mucho ánimo y sin interés material».

Bont y Fridez nacieron en la misma población, Meinchenstein, una pequeña ciudad del cantón de Basilea, y comparten espíritu aventurero y una peculiar biografía. Bont fue camionero y su profesión le llevó a recorrer medio mundo hasta que en 1998 sufrió el ataque de un drogadicto que le descerrajó veintiocho tiros de los que sobrevivió milagrosamente. Lo que ya no pudo es volver a su antigua profesión, pasando a trabajar desde entonces como cámara para distintas televisiones suizas. También ha protagonizado distintas campañas solidarias; una de ellas le llevó a recorrer en patinete 22.000 kilómetros -«medio mundo», sonríe- para recaudar fondos con los que luchar contra el cáncer infantil. «Tiene una especial locura, y lo digo yo que soy también un loco», sentencia su antiguo convecino Kurt Fridez.

Kurt llegó a Pano en 1988 y ya entonces no quedaba ninguna casa habitable después de que la localidad hubiera sufrido un prolongado proceso de despoblación desde comienzos de siglo que se agudizó en los años cincuenta. Todavía no se explica muy bien por qué, pero el pueblo, su especial enclave, la tranquilidad que impregna todo el territorio circundante, le enamoraron y le animaron a emprender una tarea ciclópea en el que entendió era su “lugar en el mundo” y en este empeño sigue treinta años después.

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